Las personas rebeldes ocultan secretos, algunos más profundos que otros y su actitud sarcástica e irónica lo usan como máscara para ocultar eso que tanto temen que los demás descubran.
Emma Miller sobrelleva su vida a base de rebeldía en contra de l...
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CAPÍTULO 36.- "Un par de lágrimas y a seguir adelante, primera fase del reto Nerf"
Luego de una tarde en el parque de diversiones que no salió como esperaban, los hermanos Miller junto con Katerine regresaron al hotel para descansar un poco. Peter por otra parte salió con la excusa de tener que llevar a un amigo al aeropuerto, teniendo que irse en otra dirección.
Las cosas no dejaban del todo de estar tensas, la cara de Sebastián delataba la situación mientras que la pobre ojiverde apenas y podía pensar con claridad.
—Voy a estar en mi habitación y me daré una ducha, pero quiero que mañana a primera hora cuando todo esto esté menos tenso me expliques con exactitud cómo es que ese imbécil sabía de ti y de que estaríamos aquí en Nueva York— las palabras de Sebastián eran frías y cortantes.
—Te juro que no sé cómo es que él sabía que estaríamos en ese parque, pero si así lo quieres mañana te lo explicaré todo—trataba de excusarse—Perdóname nunca debí de haberte ocultado lo que estaba sucediendo— la ojiverde hablaba con sinceridad se podía notar por sus ojos llorosos a punto de derramarse.
—No me importan tus excusas, debiste pensar y medir las consecuencias de todo esto ahora debes afrontarlo sola— eso provocó que algo dentro de Emma se removiera era un sentimiento de culpa.
—¡Ella no quería que todo esto terminará así! ¡Solo quería evitar generar un conflicto mayor!— argumentó Katerine tratando de consolar a su amiga con unas palmaditas en su espalda.
—Pues debió pensarlo mejor, antes de hacer nada más que estupideces.
—Te juro que no era mi intención— Emma trataba de que su voz no sonara entrecortada.
El mayor de los Miller simplemente se fue sin decir nada más, no quería decir todo lo que tenía en mente porque estaba más que seguro que lastimaría más a su hermana, él solo deseaba protegerla y sabía que lo mejor era mantenerla lejos de Alex. Aun así no podía intervenir en sus decisiones, porque buenas o malas ella tenía edad suficiente para tomarlas, lo que menos quería era que sufriera de nuevo la misma situación de hace tres años.
—Ya no te aflijas, todo se solucionará ya lo veras. Vamos sonríe que la vida es bella y hay que disfrutarla— Kate trataba de animar un poco la situación.
—Kate podrías dejarme sola por un par de horas, necesito decaer un rato pero te prometo que cuando regreses volveré a ser fuerte— Emma lo había dicho con una voz tan rota que su amiga quiso negarse al principio.
—No permitiré que te quedes sola—se negó—¡Soy tu mejor amiga por todos los cielos! Que clase de amiga sería si te dejo refundirte aquí— alardeaba la chica rubia.
—Necesito desahogarme Katerine entiende todos llegamos a nuestro límite en algún punto y yo ya he llegado al mío— susurraba Emma tratando de limpiar sus lágrimas en el proceso—Alex dejó muchas heridas en mí que creía haber sanado hace mucho, pero aparentemente tengo que reencontrarme conmigo misma de nuevo, buscar algo a que aferrarme para volver a ser fuerte— comentó tratando de hacer entrar a su amiga en razón.
