†6†Escape sangriento†

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†6†Escape sangriento†

—Yassarahy.

—¿Uh? —Levanté la vista del libro que estaba leyendo para mirar a Neón.

—Papá te devolvió el celular —respondió pasándome el aparato.

Jaguar había insistido en que debía alejarme de todo, de las redes sociales e incluso de cualquier persona que no viviera en mi casa, por lo que mi celular había quedado en su poder.

—Esto no es mío.

El móvil que tenía en mis manos era muy diferente al que antes poseía. Era más avanzado y tenía facha de ser nuevo.

—Es un regalo de papá. Pasaron todas tus cosas del otro celular a este.

—Se lo puedes devolver, no lo quiero. —Hice una mueca y dejé el aparato encima de la mesita de té.

¿Jaguar pensaba que iba a comprarme con juguetitos nuevos?

Neón arrugó sus espesas cejas negras y me miró con vehemencia. No entendía su reacción. ¿Acaso pensaba que me iba a poner a brincar en un pie por un celular nuevo?

—No debes desobedecer, ya sabes lo que sucede cuando lo haces. Y si te ha dado un regalo es porque te estás portando bien.

—¿Que me estoy portando bien? —Solté una risa—. Lo hace para excusar que me molió a golpes. Y si él cree que dándome regalos va a hacer que mi odio hacia él baje dos rayas... está muy equivocado.

—Le diré que te gustó.

—Haz lo que quieras, Neón. —Respiré profundo y volví la vista al libro. Tenía más de dos semanas leyéndolo y, por más que quería no podía terminar.

—Axel y yo saldremos por una hora, recuerda las reglas y si necesitas algo llama a alguna empleada.

—¿Para dónde van?

—Lo único que necesitas saber es que no debes hacer ninguna locura si no quieres que papá se enoje.

No le puse atención, me llevé una galleta a la boca y seguí leyendo.

Al cabo de una hora dejé el libro de lado. Me pasó por la mente buscar al chico del evento por redes sociales, pero era estúpido, no tenía un nombre y ni siquiera un apellido por donde partir. Había pasado la noche entera pensando en lo que había dicho. Mientras más mente le daba, más confusiones tenía.

Respiré profundo y pasé ambas manos por mi cabello. Me sentía frustrada por todas aquellas emociones que me invadían; sentía rabia por el dolor que sentía en mi cuerpo, tristeza porque no sabía nada de Asher, confusión por lo que había pasado en el evento y una pizca de alegría porque me encontraba prácticamente sola en casa.

Me encontraba sola —saboreé la idea que rondaba por mi mente.

De pronto quería salir de la casa, pero si quería hacerlo debía ser muy cautelosa; no podía simplemente acercarme al portón y suponer que me abrirían. Los de seguridad no me dejarían salir, seguido de que avisarían a mi padre sin ni siquiera dudar, y a Jaguar no le importaría regresar del fin del mundo para demostrarme quien manda. Y pues, la imagen mental que me hice no me agradaba ni un poco.

Rodeada de monstruos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora