Hola cachorro

517 60 2
                                    

-¿quieres conocer a tu bebé?- la voz de mamá parece no terminar de llegar a mi cerebro, la escucho como si estuviera a kilómetros de distancia y no a unos cuantos centímetros.

Intento hablar, pero solo logro dar un extraño alarido. Tengo miedo de tocar ese pequeño cuerpo. No quiero decirlo en voz alta, porque me parece algo tonto, pero me aterra rechazar a ese bebé, es irreal que haya salido de mi cuerpo, en donde no tenía ni idea de su existencia. Siento que me hundo nuevamente, en ese profundo mar sin fondo que se ha vuelto mi mente.

-Steven- la voz de su padre logra jalarlo un poco y el insistente llanto termina de asentarlo en el presente. Con esfuerzo me vuelvo a sentar en la cama, la herida en mi estomago da un tirón molesto, tuvieron que sacarlo por ahí, a mi bebé, porque al parecer ni siquiera para eso fui lo suficientemente fuerte.

En silencio estiro los brazos, haciendo una petición muda. Quiero llorar cuando veo a mi madre dudar si entregarme a mi hijo. El bebé sigue sollozando aun cuando lo pasan a mis brazos, es tan extraño. No es la primera vez que agarro a un bebé, los últimos meses he cargado muchas veces a mis hermanos y sobrinos, sin embargo esto es totalmente diferente. Los pequeños sollozos se detienen, como si me reconociera, mi bebé abre los ojos, son de un extraño gris.

-es un niño- informa mi padre.

El profundo miedo que sentía se esfumo en un parpadeo, en mi corazón no hay lugar para otra cosa que no sea devoción por esa criatura. Lo primero que veo son sus pequeñas manitas que se mueven de un lado a otro, lo destapo para ver que su cuerpecito esta envuelto en un trajecito azul, su piel esta muy roja, es flaco y no tiene cejas, pero yo creo que es hermoso.

No puedo creer que en verdad sienta tanta felicidad tan rápido, es simplemente irreal, como a tan poco de haberme sentido en un verdadero infierno pueda sentir esta emoción tan cálida que envuelve mi cuerpo.

Termino de descubrirlo, sorprendiéndome con su pelito azul. Una pequeña pelusa, pero ahí está. -¿Cuál es tu color favorito Cristian?- tirados en el pasto, con sus cuerpos entrelazados, sentía las mejillas rojas por como el hombre lo miraba -azul creo- -¿azul como el cielo?- -no, como el cabello de mi madre-

Niega con la cabeza intenta espantar el recuerdo de la cara del hombre que creyó amar, se fuerza a centrarse en ese pequeño que tiene amagos de volver a llorar.

-¿pasa algo cariño?- alza la mirada encontrándose la imagen de sus dos padres, ambos atentos a cualquiera de sus movimientos, no lo había notados pero los dos parecen exhaustos, su padre tiene grandes ojeras y los ojos rojos, su madre parece apunto de desmayarse por lo blanco que esta.

-nada mamá, solo...su cabello, es azul- explica, pasando su mano por la pequeña cabeza.

-si, es un color inusual, su padre...-su madre pareció alarmarse al percatarse lo que acaba de decir- no, yo lo siento cariño- le quita importancia sonriéndole a su mamá.

-no te preocupes- vuelve la mirada hacia su bebé, acercándolo para aspirar su aroma, era tan suave y delicado, como el olor del bosque por la mañana -supongo que tiene el pelo de su abuela- el bebé comienza a sollozar quedamente, siente su carita pegarse a su pecho, sus mejillas se sonrojan. Una duda lo ataca, en todo ese tiempo no noto ningún cambio en su cuerpo ni siquiera en esa parte, donde el suponía debía haberse inflamado como le había pasado a los demás donceles en su familia-¿yo puedo darle de comer?-

-me temo que no cachorro, pero tranquilo yo lo he estado alimentando- esa declaración le hace exhalar audiblemente, es como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago, en secreto el siempre quiso sentir esa conexión, esa que vio en su madre, en su hermano y en Malin, parecía que nadie más existía en el mundo cuando alimentaban a sus bebés, pero ahora el no podría experimentar eso, como tampoco pudo sentir a su cachorro en el vientre, ni su nacimiento.

AÚLLA CONMIGOWhere stories live. Discover now