Día 2: parte uno

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(Esta historia es solo una adaptación la autora es @devonnecxkes)

Estaba leyendo uno de mis libros favoritos llamado Balada, cuando Billie tocó a la puerta. No esperaba verla, pero aun así no me sorprendí.

-¿Conoces a esta señorita?.--Taylor, mi madre adoptiva me preguntó después de hablarme para que bajara de mi habitación. Trató de que no se notara la sorpresa en su voz, que era causada porque yo nunca jamás tenía visitas.

Mis ojos se perdieron en Billie mientras me daba una pequeña sonrisa.

-Vamos juntas al colegio.

-Oh...--Taylor le sonrió a Billie.--Es bueno verte con una amiga, cariño.

Pasé mi lengua por mis labios.

-No necesariamente somos...

-Si no le importa uhh...

-Taylor Johansson. Solo llámame Tay.--dijo haciendo una mueca.

-Bueno, si no le importa Tay.--Billie le lanzó una dulce sonrisa.--¿Estaría bien que saliera ______ hoy?

Tay asintió, dándome una palmada en la espalda. Me quejé y rodé los ojos mientras mamá me daba un beso en la cabeza y yo le daba un pequeño empujón a Billie.

-Mantenla fuera el tiempo que quieras. ______ raramente deja la casa, excepto para ir al colegio. Solo cuida a mi hija, ¿sí?

Billie sonrió.

-La cuidaré bien.

Con eso, seguí a Billie fuera de mi casa. Tay cerró la puerta tras nosotras y yo le di una mirada a Billie.

-Estaba ocupada leyendo antes de que vinieras. ¿Qué es tan importante para interrumpirme?.--pregunté, con tono sarcástico.

Billie ignoró mi sarcasmo, así como me decía que entrará a su auto.

-Te voy a llevar a la pastelería de mi tío.

Fruncí el ceño.

-¿Qué vamos a hacer en una pastelería?

-Vamos a aprender cómo hacer galletas de triple chocolate.--simplemente dijo.

Fuimos a una pastelería muy conocida en la ciudad. Había estado ahí antes, pero eso fue hace muchos años, antes de que mis padres murieran. Ellos me trajeron y me dejaron elegir el pastel que quisiera. Terminé escogiendo el más sabroso y chocolatoso que tenían. También recuerdo la mirada astuta del tío de Billie cuando le dije cual quería.

-¡Billie!.--dijo un hombre que tenía las manos llenas de harina.--Es bueno verte, querida.

-También es bueno verte, tío Jude.--Billie me empujó más cerca y me presentó.--Ella es ______, una de mis amigas.

Jude le alzó una ceja a Billie sugestivamente.

-¿Estas segura que ustedes dos no son más que eso?

Mis ojos se abrieron, mientras que Billie se ponía un poco roja.

-¿Tienes todos los ingredientes para las galletas?

-¡Claro que sí Billie!.--el tío Jude sonrió.--Tus padres se aseguraron de que les hiciera la mejor cita para ustedes dos. Estaban empezando a preocuparse de que fueras a envejecer sola, desde ya sabes, nunca te vimos en una cita antes.

Contuve una risa y Billie que estaba a mi lado se enojó. Me tomó de la muñeca y me llevó a la cocina.

-Vamos ______.--dijo avergonzada.--¿Has horneado antes?.--ella me preguntó, mientras yo entraba por completo a la cocina.

Sacudí la cabeza.

-Tay hace todo lo de cocina en la casa porque dice 'mis hijas son muy preciosas para tener sus manos quemadas.--dije con una risita.

-Ella las ama demasiado.--Billie rió entre dientes.--Okay, bueno tampoco he horneado nunca. Así que, estamos comenzando desde cero.

Le sonreí astutamente.

-Genial. Entonces comencemos haciendo la masa, ¿está bien?

Billie se veía confundida mientras veía todos los ingredientes.

-Bien.--dijo insegura, tomando un par de huevos de refrigerador.--Vamos a comenzar estrellando estos.--rompimos los huevos dejando algunas veces un poco de cáscara en el bowl. Comencé a batir y agregar un poco de azúcar y sal. Billie estaba tratando de averiguar cómo abrir la bolsa de harina.--¿Tenemos algunas tijeras aquí?.--dijo tratando de abrir la bolsa.

Justo cuando estaba por pasarle un par de tijeras, la bolsa de la harina explotó en su cara.

Ella volteó a verme con incredulidad; todo su rostro estaba cubierto de polvo blanco. Me aguanté la risa y le di las tijeras.

-¿Aun las necesitas?.--le pregunté para molestarla.

Billie se levantó mientras la harina caía a su camiseta.

-¿Crees que esto es gracioso, huh?.--preguntó, levantando una ceja blanca.

Grité mientras ella comenzaba a acercarse a mi. Mi sonrisa se borró cuando ella abría sus brazos ampliamente.

-¿Que estás...?--comencé.

Billie me dio un abrazo rompe huesos, restregando su cara contra la mía y mis hombros. Estornude por toda la harina, y la empujé.

Cuando la alejé, vi toda la harina en mi cabello y ropa. Vi a Billie y levanté el cartón de huevos.

-Vas a lamentar esto, O'Connell.--sonreí lanzando un huevo en su dirección.

El huevo aterrizó contra su pecho, estrellándose. La cara de Billie no tenía precio, tomó algo de harina del bowl y me la lanzó, cubriéndome por completo.

Le di una mirada.

Esto significa guerra.

Después de un par de minutos, estábamos cubiertas de ingredientes para hornear de pies a cabeza. Lucíamos ridículas.

-¿Cómo van las galletas?.--Jude asomó su cabeza. Sus ojos se abrieron a la vez que su boca ante el desorden.--¡Oh mi señor!.--gritó.

Mordí mi labio inferior culpable.

-Lo... Lo siento mucho. Lo limpiaré todo.

-Oh no dulzura.--comenzó a decirme.--No te estoy regañando a ti ¡Estoy regañando a Billie, aquí presente! ¡¿Cómo te atreves a lanzarle huevos a una chica en la primera cita?!

Billie volteó su mirada hacia mi, mientras una gran sonrisa aparecía en su rostro.

-Definitivamente deberíamos hornear más seguido.

-¡No en mi cocina!.--Jude interrumpió.

...

-¡Eso fue muy divertido! Bueno excepto por el hecho de que la cocina de tu tío quedó hecha un desastre.--dije.

-Lo valió.--Billie contestó aún teniendo una gran sonrisa en su rostro.--Entonces, ¿Qué es lo que siempre has querido ser?--preguntó aleatoriamente.

-Bailarina.--dije levantando los hombros para después levantar la mirada para encontrarme con los ojos de Billie. Ella sonrió y miró hacia su muñeca rápidamente.

-A penas son la una de la tarde. Ven, vamos a cambiarnos y vayamos a algún lado.

-¿A dónde iremos esta vez?.--pregunté frunciendo el ceño.

Ella ignoró mi pregunta e hizo una mueca.

-¡Te reto!.--dijo y comenzó a correr al auto.

Solo suspiré y sonreí.

«Que idiota» pensé.

Una semana para vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora