TE NECESITO

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Cogí la toalla y la envolví en mi cuerpo desnudo, tenía que ducharme para ir a clases; el día anterior había tenido muchísima atención de todos, demasiadas miradas encima de mí, así que supuse que ese día estaría más tranquilo; ya todos se habrían acostumbrado un poco a mi "nueva yo".

-¡Linda, se te hará tarde otra vez!

Dijo la señora Marta, detrás de la puerta.

-¡Haré todo rápido!

Le aseguré, y asumí que se había marchado por el sonido de sus tacones.

Cuando acabé de ducharme, eché una mirada a mis prendas de ropa; ¡todo era super cool y a la moda! Mi vida era completamente distinta ahora, lo que me hizo sentirme nostálgica...

flashback:

-Ven aquí, lindura.

Me llamó sosteniendo una botella de licor.

Me acerqué lentamente, con el corazón acelerado, tenía miedo; me senté a su lado, guardando unos centímetros de distancia...

-¡Más cerca!

Ordenó con voz seca; dando dos palmadas al mueble, justo en el espacio que nos separaba; su cara se veía demacrada, lucía más viejo de lo que era, sus regordetas mejillas estaban llenas de bellos hasta casi alcanzar sus ojos verdes; que eran de un tono demasiado claro para la oscuridad que en ellos habitaba.

Tragué saliva y un escalofrío recorrió mi estómago, estaba temblando; di un suspiro y me senté justo a su lado, nuestras piernas se rozaban, le eché una mirada de reojo, estaba sin camisa y su barriga caía en dos grandes lonjas de grasa llenas de bellos mullidos, enrollados y tan abundantes que se extendían hasta su pecho, bajé la mirada rápidamente, temerosa de que me pegara de nuevo...

-Escucha bien lo que te voy a decir.

Cogió mi rostro con su grotesca mano y lo apretó con más fuerza de la necesaria; aun llevaba el anillo de boda en su dedo...

- ¡A partir de ahora, tú me perteneces! y me vas a obedecer en todo lo que yo te diga; o de lo contrario ¡lo lamentarás!

Me soltó.

- ¿lo entendiste?

Asentí. Colocó su mano en mi pierna desnuda y no sé cómo describir lo desagradable que aquel tacto fue para mí; hundió sus dedos con fuerza y fue subiendo hasta encontrar el borde de mi blusón...

- ¡Me gusta tu pijama!

Sonrió; luego pasó su dedo índice a lo largo de mis labios, yo estaba totalmente desconcertada y aterrada...

-Dijo que no me haría daño, que solo quería, hablar.

Susurré casi entre sollozos...

- ¡Shsss!

Volvió a colocar su dedo en mis labios...

- Me he dado cuenta de que ya eres una mujer...

Me recorrió con la mirada.

- ¡Muéstrame qué traes allí dentro de tus pantys!

Exigió y tomó un sorbo de su licor; una gota rodó por su barbilla hasta alcanzar las rodajas de su papada y perderse entre sus curvas...

-No... no... puedo.

Balbuceé.

- Muéstrame, anda...

Insistió con voz dulce.

-¡No es nada!...

Negué.

una psicópata sexy (abstenerse de leer si eres sensible) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora