¿Estas dispuesta a sacrificarte por quien amas?
La vida de Eliza era simple, y con un futuro ya escrito, pero le arrebataron a quien más amaba: su hermana.
Se vió obligada a internarse en un mundo de criaturas extrañas, guardianes, espíritus y magia...
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- Oh, yo quería hablar con usted, yo soy...
- Se quién eres Eliza - dijo el hombre que se autoproclamó ante ella custos Magni- se muchas cosas de ti, sé quién eres ¿Tú sabes quién eres?
- Soy María Eliza Anastasia Diana Caroline Groweld Electi. Dijo Eliza intentando sacar voz.
- Ese es tu nombre pequeña -dijo el anciano con una risa- no quien eres, cámbiale el nombre a la rosa pero seguirá oliendo a rosa. Así que sabes tú nombre pero no quien eres.
- ¿Y tú sabes quién soy? Preguntó esperanzada Eliza.
- Se quién puedes llegar a se, se algunas cosas sobre ti que quizás desconozcas, pero no sé quién eres, esa es una pregunta que solo puedes responder tu en su totalidad.
Eliza sintió la esperanza aflorar en su ser.
- Siéntate aquí -dijo el custos Magni señalando una banca al lado de la que el estaba sentado, mientras ella le obedecía, el comenzó- en cuanto te ví entrenar supe que eres un podére, si lo quisieras podrías ser una guardiana de la magia. Al momento de tu nacimiento sentí una fuerte sensación de magia, me di cuenta que eras tú. A penas me enteré envié a una de las mejores guardianes que he conocido a que te cuidara, Alejandra.
Eliza se puso palida - ¿Entonces Alejandra solo estaba conmigo por un trabajo? Preguntó Eliza dolida.
- Sí, te cuidó por un trabajo, pero no me mal intérpretes, para ella nunca fue solo eso, te quiso como a nadie, se lo tomó muy personal. Dijo el hombre con voz suave.
- ¿Entonces por qué me mintió durante toda mi vida? ¿Por qué no me dijo que yo era un podére?
Aleonder se encogió de hombros. - Honestamente no lo se, los primeros años de tu vida ella nos informaba de todos tus avances, cada riesgo, pero poco a poco se fue distanciando, llegó un momento en que a penas venía, y se volvió muy recelosa con la información, sentí que nos ocultaba muchas cosas. El plan era que cuando estuvieras lo suficientemente mayor, te contaríamos la verdad, pero empezó a colocar excusas para aplazar eso.
- Cuando dices "nosotros" ¿A quienes te refieres? ¿Quién más sabe que soy un podére de la magia?
- El consejo de ancianos, creo que es a quién Alejandra le temía, siempre tuve mucha confianza con ella, pero es probable que ella no me contará algunas cosas para que el consejo no se enterará, ellos tienen ojos y oídos en todas partes.
- ¿Entonces no teme que ellos nos escuchen ahora?
- Ellos conocen todo lo que le estoy diciendo, y también están enterados de que no son muy queridos por algunas personas.
El anciano suspiró cansado. - Necesito que sepas algo, estoy muriendo pequeña, una vez que lo haga serás la única guardiana de la magia viva, la única que podría detener a Cristobl, y temo que esté más enfocado en asesinarte. Eres la única otra guardiana de la magia de la que yo tenga conocimiento de que este viva, lamento pedirte esto, pero necesito que te quedes en custos Urbis, el mundo necesita que detengas el caos de Cristobl.
