CIRCUS //JIMSU//YOONMIN

BEOMGYU

Al mismo tiempo...

En la sala de interrogatorios:

El joven médico se hallaba en medio de la poca iluminada sala. Estaba confundido, pero a su vez, se encontraba más nervioso que nunca.

Hace días tenía un mal presentimiento, por lo cual, no ayudaba de a mucho para mantener la calma en esos momentos.

— ¿Estás listo para esto?— la voz de Namjoon retumbó en las paredes del lugar.

El solicitado asintió, sin poder inmutar palabra alguna debido a su falta de autocontrol en ese momento.

— Bueno... Cuéntame absolutamente todo lo que conoces del infierno, pues por lo que tengo entendido tú creciste allí— el moreno lo observó con total neutralidad, haciendo que el contrario tragara en seco.

— Así es— afirmó intentando tener autoridad. —Pero para ser más claro, no vivía directamente en el infierno, sólo mi madre trabajaba ahí. Nosotros vivíamos a un par de calles de aquél sitio. Ahí estaba durante el día , aunque a veces teníamos que quedarnos en el infierno— poco a poco el rubio se sentía más seguro, aunque su insertumbre no dejaba de molestarle.

— ¿Cómo así que tenían?—  se intrigó el pelimorado.

— Algunas veces tenía que quedarme en el departamento de mi madre en el burdel, porque esta tenía algunos asuntos de los cuales encargarse— contestó sin problema alguno.

— Oh, bien... ¿Sabes a qué hora transportaban cargamento o cuando llegaba?— ante aquella pregunta, Beomgyu negó.

— Siempre era en la noche, y cuando eso estaba durmiendo en el departamento de mamá— ante aquellas palabras, el moreno supo que era hora de corroborar todo, y que el joven médico se enterara de lo que estaba ocurriendo.

— ¿Tu madre siempre salía en la noche?— el rubio asintió. — Necesito que guardes la calma, porque lo que te voy a decir es muy fuerte— el pelimorado observó la señal de aprobación por parte del contrario, antes de continuar. —Tenemos certeza de que tu madre estaba muy involucrada con Owi, pues encontramos que comparten vínculo sanguíneo al ser primos lejanos, y ambos tuvieron un hijo—.

Todo fue como si le fueran lanzado un balde de agua fría al doctor, ya que siempre tuvo esa duda pero se limitó a ignorarla por el simple hecho de que confiaba en su madre. —¿Un hijo?— aún se encontraba en estado de shock.

— Beomgyu... Eres tú— las palabras del morado fueron suficientes para dejar completamente estupefacto al rubio.

— ¿Yo?— todo a su alrededor empezó a dar vueltas, pero un fuerte estruendo acompañado de un grito hizo que todo se acomodara en su sitio.

— ¡Si se acercan, le disparo!— la voz femenina, que para el joven médico era muy reconocida, se escuchó por todas partes.

Fue cortico, pero ajá.

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