Está siendo infantil.

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—Taeil... —

Hansol abrazó más la cintura del menor, sintió las suaves manos tratando de quitarlo, alejarlo de su cuerpo pero él solo lo apretó más y acomodó su barbilla en su hombro.

—Bebé... —

—Pudrete. —gruñó Taeil, hablándole por primera en todo lo que llevaba rogándole, había sacado a sus hermanos hace un rato, alegando que era también su habitación y que Taeil ya estaba dormido, lo cual era cierto.

Se había metido en su cama despacio, había limpiado con sus dedos todo rastro de lágrimas y se había acurrucado a su lado. Taeil había permanecido dormido, luego comenzó a pasar sus dedos por el cabello creyendo que era Taeyong, minutos después sintió el aroma y lanzó a Hansol fuera de su cama, se dio la espalda, pero el mayor iba a insistir hasta hacerlo sonreír de nuevo.

—Taeil... —susurró en su oído, ocultando su rostro en su cuello a pesar de que el nombrado se movía tratando de alejarlo.— Lo siento, yo...

—No quiero saberlo, largo. —siseo dejando de pelear, cruzándose de brazos dándole la espalda al mayor.— Me ignoras todo el almuerzo y luego vienes con una "bebé" y esperas que te abracé ¿en serio? vete a la mierda.

—Lo siento tanto, tanto Taeil... no quería lastimarte cariño. —sus labios rozaron su cuello, dejando suaves besos por su mandíbula, sonrió internamente al escuchar un jadeo de parte del menor cuando hizo contacto con su piel.— Pero es difícil para mi, aún no se qué es lo que siento... todo esto es nuevo.

El menor soltó una carcajada mientras negaba con su cabeza, no dijo nada, eso preocupó al mayor, pero Taeil tampoco se quitó o se movió, él estaba escuchándolo, lo sabía... solo tenía que usar bien sus siguientes palabras y todo estaría bien entre ellos.

—Me asusta... nunca había sentido algo así por alguien. —murmuró por lo bajo, cerca de su oído haciendo a Taeil tensarse, las manos en su cintura se soltaron un poco, dando una pequeña posibilidad para que el menor se fuera, pero no lo hizo, así que sus manos se ajustaron de nuevo y sus dedos se colaron por debajo de su camisa, Taeil jadeo, sintiendo el tacto frío en su piel caliente.— Yo sé que eres diferente... tu personalidad, tu manera de ser te permite transmitir tus emociones y dejar que ellas fluyan libremente... pero, me asusta y sé que no es una excusa, pero te prometo que voy a esforzarme más, eres mi prometido, bebé, voy a hacerlo por nosotros.

Esto era frustrante para Hansol, odiaba dar tantas explicaciones, le había dicho a Taeil antes que en verdad no sabía que era lo que sentía por él, podía ser tan solo una atracción leve o curiosidad, imaginó que el menor entendería a qué se refería y disfrutaría, al final ambos ganaban besos y manos sueltas, pero no pensó que estaría insistiendo en tocarlo, hablarle y coquetearle en público, eso solo arruinaría sus posibilidades de conseguir algo de parte del Príncipe Yangyang antes de casarse con Taeil.

Para su suerte, o desgracia, su prometido era un ser sensible, estaba molesto y ahora sabía que debía controlarse con él en público para hacerlo sentir cómodo pero a la vez no ser obvio, mientras tanto la espera lo estaba matando, sus manos tocaban la suave piel de su vientre, podía sentir la piel erizarse bajo el toque y sus labios rápidos se acercaron para besar la piel descubierta de su hombro, pero necesitaba que ya dejara de actuar tan infantil y lo dejara besarlo, estaba desesperado por besarlo.

—¿En serio? —preguntó después de unos minutos que Hansol sintió eterno.— ¿No lo hiciste? ¿no querías avergonzarme?

—Jamás haría eso Taeil... —exclamó, hundiendo su nariz en su cuello e inhalando su aroma.

Espero en silencio, sus corazón acelerados, su respiración pausada y profunda, nerviosa y hasta un poco tierna... las manos de Taeil subieron hasta tomar las de Hansol y las tocó con cuidado, mientras el mayor sonreía al saber que había sido perdonado.

Bendición de los dioses | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora