diez

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—¡papi! hyung me está molestando— un pequeño pelinegro iba corriendo lo más rápido que podía con sus cortas piernas hacia los brazos de su papá woong.

—¡no es cierto mocoso!— se escuchó un grito proveniente de alguna habitación.

—ya le daré su merecido a daehwi hyung, no te preocupes— aseguró cargándolo y comenzando a repartir besitos por toda la carita de su bebé.

—¡ya! papi, me estás dejando tus babas— woong se separó riendo y en ese momento llegaba su esposo del trabajo.

—¡ya llegué familia!— exclamó como cada vez que ingresaba a su hogar.

—¡papá!— el revoltoso de la casa se removía de los brazos del omega para que éste lo bajara.

—¿dónde está mi cachorrito? no lo puedo ver— youngmin hacía como que no lo veía mientras woong reía divertido.

—¡aquí!— decía dando saltitos y moviendo las manitas para que su papá youngmin le hiciera caso.

—¡oh! seongmin, ven para acá— youngmin sonrió y lo tomó en sus brazos para darle vueltas, haciendo que el pequeño ría.

—¿y yo, lim? ¿a mi no me vas a mimar?— daehwi hizo aparición.

—no, ya tengo a mis dos amores— respondió sacándole la lengua infantilmente.

habían pasado tres años y la familia vivía muy feliz con su hijo. cada momento lo atesoraban como algo muy especial y justamente se venía otro que sería la cereza del pastel.

—woongie ¿estás bien? te noto algo pálido— preguntó un día youngmin.

estaban acostados en su cómoda cama luego de hacer el amor, aprovechando que seongmin se quedó con los abuelos.

—creo que no, hace tiempo que me vengo sintiendo algo raro— hizo un pucherito por su malestar y su omega exigía mimos por parte de su alfa.

—quizá deberíamos ir a que te hagan una revisión— dijo preocupado y el pequeño se posicionó sobre su esposo, enterrando su cabeza en el cuello para poder oler esa fragancia que tanto le encantaba.

—hmm, después. primero quiero cariñitos cielo— respondió separándose pero antes dejando un besito ahí. levantó la cabeza y sonrieron, sintiendo como sus corazones latían frenéticamente y sus lobos se sacudían felices.

antes de juntar sus labios, woong salió corriendo al baño producto de una arcada.

—¿qué pasó?— youngmin ingresó al baño y ayudó a su omega, frotando su espalda.

una vez limpio y más calmado, regresaron a la cama para volver a acurrucarse.

—youngmin...— llamó woong.

—¿si?

—creo que tengo otro pedacito de cielo...

fin

[☁️]
esta historia le pertenece a dkookiess

-𝐧𝐢𝐧𝐞 𝐦𝐨𝐧𝐭𝐡𝐬Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora