Confusión y Muerte

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Época actual:

La miko Higurashi aún se hallaba en su época, había despertado hace poco y en su mente aún venía la culpa de lo que había echo.

Solo que no podía negar que tenía sentimientos hacia Sesshomaru... Sin embargo por otro lado estaba que ella lo fuera ha aceptar.

- ¿volverás hoy?- pregunto  su madre mientras servía el desayuno- es una pena que no hayas traido a Daichi - agrego mientras Kagome se removía algo incómoda en su sitio.

-mañana partiré - respondió sin ver a su madre- solo hoy... Solo necesito un día más -rectifico mientras sujetaba la taza- he llegado a una conclusión...

Sus palabras tuvieron toda la atención de su madre, quien pensaba como decirle lo que ella opinaba.

- esta situación ha sido muy díficil hija -empezo calmadamente mientras se sentaba a la mesa- y estoy segura que para ti ha sido mucho más difícil - hizo una pausa y tomo una de las manos de kagome- no pienso juzgarte por la decisión que tomes ya que de eso depende tu futuro y la felicidad posterior...

Kagome escuchaba con atención cada palabra y sentía a su corazón inquietarse y para agregar sintió las lágrimas cálidas rodar por su rostro...

- tendrás mi apoyo sea cual sea la decision- continuo mientras con una mano le retiraba las lágrimas que iban mojando su rostro- hay cosas que debo comprender...

- mamá- interrumpio- aunque decidiera aceptar a Sesshomaru no podría, ya que mi hijo está de por medio, ¿Como le podría decir que su tío será ahora sera su padre? O mejor aún como decirle que me enamoré de su tío... -solto un suspiro lleno de desesperanza- realmente mi decisión no es la que yo quiera sino la que se me impone...no hay forma de que tenga felicidad al lado de Sesshomaru... - dijo derrotada.

- hija, mi pobre hija- respondió viendo la angustia y el dolor que su hija llevaba- si realmente Sesshomaru es tu felicidad, las cosas se acomodarán, aunque ahora todo lo veas gris- consoló Naomi mientras se paraba para abrazarla.

- son tantas cosas - murmuró Kagome entre lágrimas- y sentimientos encontrados.

Palacio del oeste:

La mañana había llegado y con ella empezaba los trabajos en el palacio. Ya habían visto que el Gran Lord se hallaba en su totalidad de vuelta como el daiyoukai más poderoso que siempre era.

La pereza no tuvo de nuevo lugar ya que bajo el mandato de su señor y bajo el miedo de ser muertos, avanzaban rápidamente con las reparaciones que aún faltaban.

Si bien fue cierto que con Kagome habían avanzado mucho, a veces se aprovechaban para pedir algunos días de descanso y ella accedía pero el panorama ya había cambiado y con ello el fin de sus jornadas ligeras.

- ¡apresúrense! -gritaba jaken- ¡Ya se les acabo las vacaciones! el amo esta completo ahora...

-jaken - llamo el señor cardinal a modo de regaño por sus últimas palabras.

- ¡Lo siento, perdóname.. amo! - respondió presuroso al reconocer la mirada asesina y no tardó en postrarse al suelo.

-ustedes - llamo a un par de guardias.

-si amo - respondieron al unísono, sudando frío.

- este pabellón lo terminan hoy o sino, no verán el nuevo día- advirtió y luego se giró para ir en busca de los cachorros.

Sin duda alguna extrañaba tener ese poder de hacer temblar a cualquier ser inferior a el.

Mientras avanzaba, todos le hacían reverencia y no es que antes no lo hicieran, sino que ahora temblaban al sentir el youki de su amo.

La declaracion de un youkaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora