Capítulo 25

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Después de 5 minutos, llaman a la puerta. Abro con el oso en los brazos y allí la veo. Tiene los ojos rojos, señal de que también ha llorado,lleva una sudadera  que parece vieja y un pantalón de chándal ancho junto a unos tenis. No lleva nada de maquillaje, es raro no verla tan arreglada como siempre. Ella me abraza y yo también le abrazo. Entramos dentro de mi casa y nos sentamos en el sofá. Nos miramos y ella mira mi peluche.

-¿Te ha gustado?
-Me encanta.

Le sonrío y ella me devuelve la sonrisa. Es extraña esa sonrisa, en ella se ve tristeza. Debo de haberla destrozado.

-Lo siento Ana, me he pasado. Tú solo quieres ayudarme y yo te he tratado así de mal. No merezco tu ayuda.
-Tranquila Marina, no pasa nada. Todo se queda olvidado y aquí nadie ha tratado mal a nadie. Yo te ayudaré encantada y la mereces más que nadie.

Me coge de la mano donde tengo la venda y la mira preocupada.

-¿Qué te ha pasado?
-Me hice daño golpeando la pared.
-¿Por qué la golpeastes?
-Por haberlo cagado todo. Por todo lo que me odio, por haberme declarado hacia ti, por haberme ido del instituto sin más, por haber existido...por todo.

Ana me abraza y yo también lo hago, pero más fuerte. Lágrimas empiezan a caer de nuevo, pero en el hombro de ella. Me acaricia la espalda y luego me separa. Me sujeta de los hombros y mira mis ojos fijamente.

-No me voy a arrepentir de lo que voy a hacer ahora.

Y por fin, me besa. Muevo mis labios al compás de los de ella. Estoy en el cielo ahora mismo, no podría estar mejor. Separamos nuestros labios por falta de aire. Me mira sonriendo y nos abrazamos. Ella rodea mi cuerpo con sus brazos y yo apoyo mis manos en su pecho. Se está muy cómodo.

-¿Tienes hambre?
-La verdad es que sí.
-¿Quieres comer pizza? Yo la pido.
-Vale.

Ella coge su móvil y llama a la pizzeria. Pide dos diferentes, da esta dirección y cuelga. Deja el móvil encima de la mesa y me abraza pasando el brazo por mis hombros. Me apoyo en ella y nos echamos hacia atrás en el respaldo del sofá donde estábamos sentadas. Ahora estoy en el paraíso. No me creo todavía que esté aquí con la chica de la que llevo enamorada desde que la conozco esperando que llegue nuestra cena.

Enamorada de mi profesora de LenguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora