7. Loco Anciano

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"Scrooge no necesitaba a un héroe en crecimiento que lo rescatará, pero no sabía por qué esencialmente le molestaba que lo hiciera."
day 7. afecto.

Si a Scrooge le hubieran insinuado que las aventuras se presentaban en su vida aunque estuviera haciendo algo que no fuera ser el tutor de Donald y Della, honestamente no lo habría dudado.

No obstante, no esperaba para nada que se presentarán en una tranquila tarde de trabajo, siendo una que no involucraba tesoros, mientras los gemelos estaban en la escuela superior, cuando la cabeza dura de su pupilo no estuviera sobreprotegiéndolo para asegurarse de que no se lastimara así como Della.

Los años habían pasado desde el deceso de sus padres, los gemelos finalmente lo habían aceptado y aunque el dolor seguía presente decidieron seguir adelante, los ataques de pánico del pato finalmente se habían disminuido gracias a las sesiones con el psicoterapeuta y ya veían las aventuras como el pan de cada día cuando no cumplían sus labores académicas.

Sus personalidades se habían moldeado, a pesar de contar con pequeños matices que logran diferenciarlos desde que eran patitos: Donald, aunque más predispuesto a acompañarlos, seguía siendo el mismo pequeño amante del mar, precavido acerca de los templos, cuevas y otros lugares explorados, además de haber heredado el comportamiento hogareño y sobreprotector de sus padres—haciéndolo su vivo retrato—y extremadamente temperamental al pelear por su familia; Della, por el contrario, había heredado su pasión por las aventuras y la cacería de tesoros en lugares desconocidos para el resto del mundo, la pequeña amante del espacio siempre veía adelante por la siguiente aventura con su tío, igual de obstinada y lanzándose de frente al peligro, con un carácter más moderado en comparación a su hermano.

Por ello le habría sorprendido cuando, regresando a la mansión en la limusina—conducida por Duckworth claro está—se vio sorprendido por un choque ocasionado por un camión de despensa contra un conjunto de vehículos, una reacción en cadena que ocasionó que el tráfico se agolpara a su alrededor.

—¿Qué rayos tiene esta ciudad con los accidentes automovilísticos? —gruñó por lo bajo, ajustando sus anteojos y observando por el parabrisas la nube de humo que había comprendido a desprenderse del capó de varios automóviles. Discretamente, vigiló que nuevamente alguno de los conductores, especialmente del camión, escapará; su sobrino y sobrina no habían podido dormir en paz hasta que el conductor que había chocado contra su vehículo fue arrestado, proceso que además no había sido muy fácil.

Desafortunadamente no era muy paciente, y el comité que le esperaba en la oficina de la bóveda para la reunión tampoco.

Bajó de la limusina sin siquiera escuchar a su mayordomo alzar ligeramente la voz a pesar de su acento siempre monótono, diciendo que podría encontrar un atajo antes de que cerrara la puerta del vehículo, comenzando a caminar por las calles de Duckburg.

Mejor caminar hasta la bóveda y soportar las quejas de Duckworth más tarde que perder el tiempo y dinero en gasolina que más tarde podría reponer en la mansión.

Había caminado más durante las aventuras que tenía con Donald y Della y aún seguía sintiéndose bastante joven, después de todo. Gracias, pero no gracias, no necesitaba que se preocupan por él.

¿Ni siquiera cuando extraños patos púrpuras se detenían frente a él?

Bah, nada que no hubiera enfrentado antes.

—¿Qué son, participantes de un circo? ¿O una mala imitación de la familia Beagle? Porque créanme, no son nada que no haya visto —pensó en voz alta, alzando su bastón ante los patos frente a él, los cuales solo se miraron entre sí extrañados ante los gruñidos del pato escocés.

Me Kin ┋ DuckverseTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon