12 - « Aurora »

173 21 10
                                    


Prensa, una multitud de gente, empresarios y una buena dotación de seguridad rondaban sobre el aeropuerto de Narita. La llegada del emperador de Japón luego de un viaje a Europa por un importante congreso, finalmente arribaba y esperaba saludar a la multitud que había ido a recibirlo a la Terminal 2. 

— No podemos quedarnos más de veinte minutos, señor. Le pido por favor que sea conciso con su discurso para partir de inmediato al palacio.

Le sugirió su socio. El hombre sonrió con total tranquilidad.

— No seas así, esa gente ha de estar esperando hace muchas horas aquí. —se dio vuelta desviándose del pasillo que lo llevaba al hall— Iré al baño y estaré allí. Adelántense sin problema.

Su socio lo miró incrédulo por unos segundos apunto de reprochar pero se rindió antes de que alguna otra palabra pudiera salir de su boca. El emperador podía ser muy despreocupado fuera de lo "laboral".

Su "señor" entró al baño simplemente con la idea de lavar su cara y manos luego del largo vuelo. El lugar era enorme y el hecho de que nadie estuviera allí lo hacia muy relajante. Llevó sus manos inundadas de agua a su rostro y se miró al espejo mientras buscaba con que secarse, pero una persona apareció parada detrás de él, con una mano apoyada en el centro de su espalda, con tan solo las cinco puntas de sus dedos apoyados sobre su saco, causándole un importante susto.

Su cabello naranja estaba intacto, su mirada fija en sus pupilas a través del reflejo. ¿De dónde había salido esa mujer?

— « Estrellas escarchadas. Enlace, Aurora. » —citó y en un parpadeo una cadena plateada brillante estaba atravesando el cuerpo del hombre, naciendo desde la palma de su mano, dejándolo en completo shock— Lo siento.

Susurró al mismo tiempo que el hombre imitaba aquellas palabras. Totalmente absorto, inconsciente, él ya no formaba parte de éste mundo. Se había hecho uno con ella y en el mismo instante en el que ella elimine ese vínculo, él estará muerto.

La mujer dio un largo suspiro y retiró la mano de su espalda, caminando hacia la salida, él seguía sus pasos como cola de pato siguiendo a su madre, hasta la entrada de los sanitarios.

Se dio vuelta y mantuvo su mirada absorta en sus pupilas vacías una vez más, y sin más, ella tomó su camino hacía otro lado mientras él se dirigió a donde todos lo esperaban.

Cualquiera que lo viera no notaría nada raro en él, no verían esa cadena colgando por su pecho ni una extraña actitud, porque sus ojos se habían vuelto los de ella, su voz no había cambiado, pero su cerebro ya no estaba en sus manos.

Llegó al atril preparado con una buena iluminación, acomodó el micrófono frente a él y comenzó a hablar, a la par que lo hacía ella escondida al final de la multitud.

— Buenas tardes a todos. Muchas gracias por el enorme recibimiento que he recibido. Estoy muy contento de estar en casa de nuevo. —hubo un momento de silencio, que la gente misma se encargó de rellenar con aplausos y amistosos gritos— Éste viaje ha sido muy productivo para seguir avanzando, creciendo y abriéndonos al mundo., por eso mismo le declaro la guerra a toda la unión europea y a América.

El emperador fue inmediatamente arrastrado lejos del micrófono mientras la gente comenzaba a entrar en pánico.

— ¡Lancen los misiles! —llegó a ordenar y los otros enlaces que previamente ella había forjado comenzaron a actuar.

La voz femenina se quebró en la última oración. De sus ojos se desprendieron hilos de lágrimas, acababa de convertir a Japón en blanco mundial, de una catástrofe que no iba a tener fin.

Vous avez atteint le dernier des chapitres publiés.

⏰ Dernière mise à jour : Aug 10, 2020 ⏰

Ajoutez cette histoire à votre Bibliothèque pour être informé des nouveaux chapitres !

Angel | Bungo Stray DogsOù les histoires vivent. Découvrez maintenant