Capítulo 58.

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Montserrat 

Anthony, el asesor que citó a Malia  había hecho dos disparos, uno al aire y otro al teléfono, seguido de esto me propiciaron alrededor de tres golpea en la cara y cabeza, luego salimos de allí, ellos tenían mucha prisa y estaban muy furiosos conmigo. Me preocupaba que me siguieran golpeando las primeras semanas de embarazo suelen ser las más delicadas. 

Pero en menos de nada sabrán quién me tiene secuestrada, la llamada la hice del teléfono de Anthony en el momento que entro a dejarme la comida se le cayo y lo tome sin que él se diera cuenta. 

Anthony era quien me acompañaba cuando salía a la calle, como el día que hicimos la llamada frente al hotel. El plan era retirar el dinero de mis cuentas lo más rápido posible antes que se divulgará que estaba secuestrada, ese día habíamos ido a tres bancos diferentes a retirar efectivo, por lo menos entraba al banco sola, bueno...ni tan sola, me colocaban un micrófono en un collar y la chica que sostuvo a Chanel el día de mi secuestró, Estela, entraba conmigo como era mujer y joven pasaba desapercibida, tenía alrededor de 20 años, y aunque suene asqueroso era la pareja de Ezequiel, a simple viste parecía normal pero en el momento que entabla una conversación se ve que le hacen falta "algunos cables" por decirlo así. 

Desde que me monte en el taxi con Anthony para hacerle la llamada a Alejandro y Malia  empecé a llorar para que el taxista se alertara y notificará a las autoridades pero no pasó, realice la llamada, colgué y nos bajamos para caminar en dirección a la camioneta donde estaban Ezequiel y Estela. 

En este momento nos encontrábamos en otro lugar, era como especie de un colegio abandonado, no sé cómo llegaron al lugar porque me trajeron vendada y amordazada. Me estaban tratando peor que nunca y desde que llegue no me han dejado ver a Chanel, mi mayor anhelo en estos momentos es que se escape, ya no la quiero en este lugar, no sé como la estén tratando. 

En lo que va de día no me han dado nada de comida ni agua, no sabía que hora era, pero por el sol que se veía por la pequeña ventana al parecer eran alrededor de las 3 de la tarde. 

Escuche unos sonidos detrás de la puerta y la abrieron, eran Ezequiel y Estela con un plato de comida que se veía bien apetecible, tenía arroz, carne guisada, ensalada y un vaso de jugo de fresa. Lo extendieron hacia mí y lo tome de inmediato. 

-¿Tienes hambre? -preguntó Ezequiel, no le dije nada y empecé a comer- 

Todo sabía bien, aunque la carne me sabia un poco diferente y su textura era un poco más dura, pero no me importó termine de comer para luego acabar con el jugo. 

Ambos miraron muy atentos y cuando termine de comer rieron levemente. No entendí, pero no les di importancia, extendí el plato y ella lo tomo. 

-Llévalos - le él dijo a Estela- 

Ella asintió sonriente y se dio la vuelta para irse, él se la quedó mirando para morder sus labios y apretar sus genitales. 

-Eso si es una buena mujer -quito sus manos del lugar- no como tú y tu madre tan insípidas -puso cara de asco- 

-El comentario sobre ella está de más -dijo mirándolo fijamente desde donde estaba- 

-No me importa -hizo un gesto de desinterés- ¿Quien lo dice? ¿Tú? -río- si quiero -se acercó más- digo que Anna a pesar de estar muerta sigue siendo una puta inservible 

Trague fuerte y me lo quedé mirando, es un maldito y recibirá el peor de los pagos por todo lo que ha hecho. 

-Así me gusta -tomo y barbilla- Calladita y haciendo caso como debería de ser -apretó mi mandíbula- de mí no te salvas, me pagarás todas las que me debes maldita -me empujó- 

Doctor Evans.Where stories live. Discover now