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22 de Mayo de 2014.
Llevo una de mis manos a mi rostro para intentar cubrirlo de la molesta luz que se originó una vez que Zack había decidido abrir las persianas de nuestra habitación y dejar que los molestos rayos del sol se filtren, ocasionando esto. Con la palma de mi mano cubriendo mis ojos escucho como mi esposo se mueve de un lugar a otro, tal vez en la búsqueda de su corbata o tenis favoritos, por lo que, decido incorporarme de la cómoda posición en la que estaba para mirar la espalda desnuda de él e inmediatamente muerdo mi labio inferior al ver cómo sus músculos se tensan cada vez que estira sus antebrazos.
Pasan algunos segundos en los que mi esposo se encuentra dándome la espalda en tanto sus manos abrochan hábilmente los botones de su camisa y mientras yo me deleito en apreciar esa acción debido a que me complacía demasiado verlo hacer eso pero, más me gustaba desabrochar los tediosos botones que siempre se interponían cada vez que íbamos a follar. Es probable que a muchos les parezca aburrido mirar a alguien cambiarse de ropa no obstante, en algunos momentos a mí me permitía pensar en cosas relacionadas a mi pasado.
—En la noche vendrán a cenar los Malik —mi ceño se frunce ante la ronca voz de Zack por lo que, rápidamente miro en su dirección. Él se gira para continuar con lo que hacía —, invité a Zayn porque estamos a punto de cerrar un negocio en grande —dicho esto último pasó sus brazos a través de las magas de su saco—. Llama a algún centro de catering o algo, no quiero que nuestros vecinos se intoxiquen con tu comida —hago una mueca ante su comentario porque si bien no soy una chef profesional, poco a poco voy aprendiendo—, sabes que no lo digo como una ofensa, sólo que aun te falta practicar más.
Sin decir nada asiento y sigo observando a Zack vestirse con uno de sus habituales trajes que siempre suele usar cuando tenía alguna junta importante en la empresa o que pasara algo grande, como él suele llamarlo. Trago en seco al detallar aquel saco color marrón porque definitivamente me encanta la manera en la que se ciñe perfectamente sobre sus hombros y siento como mi corazón se detiene al ver como de manera lenta empieza a abrochar las muñecas. Muerdo mi labio al ver su cuerpo tan imponente al recordar la fuerza que este tiene.
A mi mente llegan los recuerdos de todas las veces que me sometía debajo de él cuando me follaba o cómo sus brazos me sostenían de la cintura cuando me tomaba por el culo que no me importaban las marcas que en algunas ocasiones llegaba a dejar en mi cuerpo. Esas escenas lo único que ocasionen en que mi coño comience a producir la esencia que tanto le gusta beber de mí a Zack e intentando calmar la necesidad que empezaba a desarrollar mi cuerpo, froto mis piernas para aliviar un poco mi excitación.
Él no dice nada y sigue con la tarea de arreglarse así que, camina en dirección al gran espejo que tenemos delante de la cama y se posiciona ahí para seguir preparándose hasta proyectar la imagen que siempre le gusta mostrar y no sé porque mis ojos nunca se despegan de sus movimientos. Es como si estando con él entrara en una especia de trance hipnótico o algo por el estilo y, aunque en momentos me ganara reprimendas de su parte por hacerlo, valían la pena.
