Daysi camina ansiosa de un lado para otro, aún no le dan razón de Erick y comienza a desesperarse.
-Familiar de Erick Colón- dice el médico que aparece en la sala de espera.
-Yo- se apresura en decir -¿Cómo está mi hijo doctor?
-Acaba de despertar, las muestras que se tomaron están siendo analizadas.
-¿Pero él está bien?
-Sí, está consciente, sólo un poco alterado. Aparentemente no es de gravedad, sin embargo hay que esperar los resultados de las muestras para saber a ciencia cierta.
-¿Puedo verlo?
-Sí, es la habitación 215.
La mujer entra y Erick la mira espantado abrazándose más fuerte.
-Cielo, qué bueno que despertaste- dice acercándose.
-No quiero estar aquí.
-Espero que nos vayamos pronto, están analizando las muestras que te tomaron.
-¿Y Joel?
-Viene en camino- dice luego de soltar un suspiro.
-No creo que sea buena idea- afirma negando con la cabeza.
-Tampoco yo, pero creo que debe empezar a hacerse responsable.
-¿Responsable de qué?
-Pues del bebé- responde muy obvia.
-¿Cuál bebé?- pregunta confundido aún.
-El de ustedes.
El ojiverde la mira aún esperando que se explique porque no comprende de qué habla.
-Vamos Erick, no te hagas. Debes estar embarazado.
-¡¿Qué?!- pregunta alarmado.
-Yo ya estuve embarazada, sé cuáles son los síntomas.
-No estoy embarazado mamá.
-Puedes decírmelo cariño, no voy a enojarme.
-Es que no hay ningún bebé- indica sentándose por completo en la camilla.
-No se sabe Erick, ustedes son novios, pasan mucho tiempo juntos y...
-¡Basta!- dice desesperado -mamá Joel tuvo un accidente y se está recuperando, no puedo pensar en nada más, nosotros no hemos hecho esas cosas- contesta mirando hacia otro lado por la vergüenza que siente.
-¿De verdad Erick?
-De verdad mami.
El teléfono de Daysi suena y ella abre la llamada.
-¿Están aquí?... Bien, saldré para que Joel entre.
La mujer deja un beso en la frente de su hijo y al verla salir puede ver a Joel entrando.
Se acerca lentamente balanceando su cuerpo mientras avanza. Erick explota en llanto y Joel se apresura en estar a su lado.
-No tengas miedo mi amor, nada va a pasarte- susurra apretando lo contra su cuerpo.
El ojiverde quiere explicar el motivo de sus lágrimas pero la emoción es tan grande que no puede hacerlo,y su llanto crece.
-Estoy aquí, todo va a estar bien porque estamos juntos. Vas a volver a casa bebé.
-Joel- pronuncia mirándolo a los ojos.
-No tienes nada que temer oíste, nada malo va a pasar en este hospital.
-Lo sé- responde aun mirándolo.
-Ya no llores- le dice secando sus lágrimas con la yema de sus dedos.
-No puedo evitarlo Joey, estoy muy emocionado.
El rizado frunce su entrecejo confundido.
-¿Por qué?
-Estás caminando sin apoyo mi amor- dice mientras más lágrimas se desbordan de su ojos.
Joel lo mira por un momento y cae en cuenta de que es cierto. Lo ha estado haciendo desde que salió de casa con su madre.
Se lanza hacia sus labios y lo besa profundamente mientras lo atrae a su cuerpo más fuertemente.
-Esto es por ti bebé- susurra al separarse un poco -tenía que estar aquí, no podía dejarte solo.
La puerta se abre de repente y el médico los mira sorprendido.
-Veo que estás mejor Erick, y me alegra pero necesito a tu madre en la habitación.
-Iré por ella- responde el rizado saliendo para que Daysi vuelva a entrar.
-Y bien doctor, ¿Qué pasa?- pregunta una vez dentro.
-Como suponíamos, no es tan grave. Sin embargo hay que tener cuidado porque fue un bajón de hemoglobina, así que voy a enviarle un multivitamínico y mucho hierro. Debe alimentarse mejor y descansar.
-¿Es todo?
-Sí, voy a hacerle la orden médica y a autorizar su salida en este momento.
El ojiverde realmente no está prestando mucha atención porque todo en lo que puede pensar es en Joel.
Verlo caminar sin agarrarse hasta la camilla hizo saltar su corazón de la misma forma como cuando comprobó que el Joel que había conocido en la universidad, era el Joel de su infancia, su Joel. O cuando pudo besarlo por primera vez en aquel cine.
Joel ha hecho todo por él, siempre ha sido así. Ahora Joel está caminando por él.
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Les quiere:
Lía. ❤️
