Daysi caminaba de un lado para otro en la cocina de Patricia, le había pedido que le enseñara la receta de la crema fría de pollo con aguacate a lo que Patricia aceptó encantada.
Patricia había salido con Anita a comprar los ingredientes que le hacían falta, mientras ella sofreía en una sartén el ajo y la cebolla y preparaba los demás recipientes a utilizar.
De vez en cuando las risas provenientes de la sala le hacían levantar la cabeza para mirar por los calados.
Erick era un pésimo maestro, de eso estaba segura, y ahora podía comprobarlo mejor. Si no fuera por Gabriel, la nueva rutina de ejercicios de Joel habría sido un desastre.
Erick le hacía cosquillas a Joel cada vez que ubicaba la muleta debajo de su axila.
-¡Erick!- reprochaba mientras se reía.
-Lo siento- respondió con un puchero -no me explico cómo es que no puedo hacer esto bien.
-Descansemos- Sugirió el rizado.
-Yo tomaré una ducha- intervino Gabriel -apesto.
Una vez que estuvieron solos Joel no pudo ignorar la extraña expresión en el rostro de Erick.
-Oye- dijo llamando la atención del ojiverde -¿qué ocurre?
-Nada importante.
-¿Entonces?
-Es que no me parece gracioso. Me frustra no hacerlo bien.
-Oh vamos Er, sabes que no importa, ya saldrá.
-¿Lo crees?- pregunta agudizando su voz mientras lo mira.
-Claro que sí, ya no seas bebé.
-No soy bebé- replica mirándolo con el entrecejo fruncido.
-Lo eres, eres un bebé llorón- responde sonriéndole.
-No soy llorón.
-Siempre has sido llorón- deja un beso en su sien -¿olvidaste el primer día de clases? Mami no te vayas- se mofa.
-Tenía seis años Joel- responde girando los ojos.
-Ok, quieres más a Bambi que a mí- continúa burlándose.
-No es mi culpa que lo trataras mejor a él.
Daysi puede escuchar perfectamente la conversación y le sorprende que Joel sepa tantas cosas de Erick cuando era tan solo un niño, sobre todo porque se expresa como si él hubiese estado ahí.
-Es la última vez que te permito tomar de mi batido- continuaba escuchando a Joel molestándolo.
-Odio que jamás me hagas caso cuando te lo pido- le responde el ojiverde.
-Sé que amas que lo haga Er, siempre ha sido así.
Se acerca un poco y se siente de repente muy nerviosa sin saber por qué.
-Cómo sea, nada de eso prueba lo que dices.
-Seguro esto sí. ¡Quiero bajar, quiero bajar, subiré a la bici cuando estés al final de la loma!.
-Ya basta, en mi defensa era una gran loma.
-No puedes decirme que era una gran loma cuando yo la vi con mis propios ojos. Sé muy bien como era.
-¿Qué es lo que están diciendo?- pregunta Daysi por fin apareciendo en la sala.
Ambos la miran con ojos muy abiertos y sabe por sus rostros que habían olvidado que ella estaba ahí.
-¿Me puedes explicar Erick?
-Mamá solo estamos bromeando.
-No entiendo Erick, se supone que conociste a Joel hasta estar en la universidad ¿Cómo es que ahora parece que vivió su niñez contigo?
El ojiverde enmudeció completamente, no tenía manera de responder a eso, se suponía que nadie aparte de ellos dos lo sabría jamás.
-Daysi- intervino Joel -sabes que he hablado mucho con Erick y por eso conozco algunas cosas.
-No me tomes por estúpida, tú hablabas como si estuvieras justo ahí en ese momento.
El rizado le dio una larga mirada a su novio como esperando ponerse de acuerdo en algo.
-Por el amor de Dios, ¿Qué es lo que está pasando?
-Daysi debes prometer que no enloquecerás- dijo Joel.
-¿Lo harás?- pregunta el menor poco convencido.
-Ya no tiene caso Er.
Era cierto.
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Les quiere:
Lía. ❤️