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Las horas pasaron y el albino seguía en su cuarto, según él durmiendo, pero en realidad quería quedarse ahí dentro, no tenía ánimos de salir a los pasillos o estar en compañía de alguien, el de cabellos oscuros ya había ido a ver cómo éste se encontraba más de tres veces y siempre lo encontraba "durmiendo".

El de cabellos oscuros se encontraba junto al de mechas coloridas y el azabache que había llegado unas horas atrás.

—Así que lo lograste... quien lo diría— murmuro cruzado de brazos.

—Pensé que no aceptaría mi visita— hablo mirando al de piel morena —Pero la acepto con gusto.

—¿Y qué te dijo? ¿Vendrá o no?— preguntó con el entrecejo ligeramente fruncido.

—Ese es el problema, nunca me respondió eso con exactitud, me dijo "Nunca te dije no, todavía no te he dado mi respuesta, pero no creo que sea negativa"— habló el de cabellos oscuros.

—Entonces es un si— se unió a la conversación el de mechas coloridas —Tal vez no lo dijo directamente, es orgullosa, creo— añadió —Pero con eso de "no creo que sea negativa" es más que obvio que si vendrá— musitó con una sonrisa mirando a ambos mayores.

—Tiene razón— habló el azabache mirando al menor —Ella es orgullosa, al igual que Geno— llevo su mirada al de cabellos oscuros —Si vendrá— añadió con una pequeña sonrisa.

—Genial.

—Lo importante aquí es... ¿Él lo sabe?— preguntó volviendo a su semblante serio.

—En realidad, no se ha querido levantar, se que está despierto— dijo con una pequeña sonrisa —Pero algo me dice que prefiere estar en la habitación que estar en los pasillos, y no es como que lo voy a obligar a andar caminando sin rumbo por este lugar, ya sé lo debe de saber de memoria— dijo encogiéndose de hombros.

—Bueno si— habló el de mechas coloridas mirándolo con una sonrisa, recibiendo un pequeño guiño de ojo por parte del de cabellos oscuros.

—Vez, es aburrida una vida monótona— dijo con una diminuta sonrisa.

—Pero no hay nada que podamos hacer— dijo el azabache mirando con ligero enojo al contrario.

—Desgraciadamente— musitó bajando la mirada —Iré a la habitación de Geno, adiós— dijo dándose la vuelta para comenzar a caminar hacia la habitación del menor.

—¿Bueno si?— preguntó el azabache cruzándose de brazos mirando al de mechas coloridas.

—Es la verdad— habló a la defensiva con una pequeña sonrisa caminando al lado contrario de Reaper, siendo seguido por el azabache.

Este por su parte comenzó a tararear una pequeña canción caminando a la habitación del albino. No sabía dónde había escuchado aquel ritmo, pero por lo que veía se le había contagiado.

Al llegar hasta la habitación del albino, notó que éste estaba sentando con su espalda recostada en la pared, con los ojos cerrados, abrió la puerta haciendo que el albino abriera los ojos para ver quién estaba ingresando a su habitación.

—Estabas demorando en "levantarte"— musitó haciendo comillas con sus dedos el de cabellos oscuros.

—Si claro— balbuceo volviendo a cerrar sus ojos.

—¿Qué tienes ba- Geno?— habló sentándose junto al albino y éste sonrió de lado.

—Estoy aburrido— murmuro abriendo los ojos manteniendo su mirada en el techo —Pero a la vez no quiero salir de esta habitación— añadió bajando la mirada al mayor, éste le miraba con una pequeña sonrisa dejando desconcertado al albino —¿Qué?— preguntó frunciendo el entrecejo con confusión.

—Nada— habló desviando la mirada, —Solo, no sé— balbuceó regresando su mirada al albino.

Se quedaron así por unos minutos, silencio, ninguno decía nada, solo se miraban el uno al otro, Reaper adoraba eso, adoraba poder admirar el rostro del albino, amaba todo de aquel chico, por otra parte el albino observaba los ojos del de cabellos oscuros y también su rostro, pero no en el mismo sentido que el mayor, o eso creía él.

—Puedo...— susurró el mayor sacando al albino de sus pensamientos.

—¿Eh?— se limitó a decir mirando con confusión al mayor.

—Puedo— volvió a decir del mismo tono, el albino observo la mirada del mayor y esta estaba clavada en sus labios, se sonrojó ligeramente al darse cuenta que el mayor quería besarlo.

—Eh... y-yo— tartamudeó desviando la mirada.

—Por favor...— musitó en voz baja.

El menor tomó aire, tratando de calmarse un poco, no quería volver a tartamudear frente a alguien, era una de las muchas cosas que odia hacer, miró al mayor y notó como éste lo seguía mirando, pero su mirada detonaba dulzura, parecía la mirada de un niño rogándole a su mamá que le comprara la paleta que había visto en la dulcería.

—Puedes...— murmuró en voz baja.

El mayor se inclinó hacia el albino y lo beso con suavidad, el menor soltó un pequeño jadeo, perplejo, pero cerró los ojos y se dejó llevar, mientras sentía que algo estallaba en su pecho. Los labios del mayor acariciaron los suyos, con ternura. Luego de unos segundos ambos se separaron con un ligero sonrojo en sus rostro.






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~no words~

˚₊· ͟͟͞͞➳❥ 𝑯𝒐𝒔𝒑𝒊𝒕𝒂𝒍 𝑷𝒔𝒊𝒒𝒖𝒊𝒂𝒕𝒓𝒊𝒄𝒐ੈ✩‧₊˚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora