La mala conducta de Beel

1.3K 213 45
                                    


Beelzebub sentía mucha curiosidad por el resultado de la treta de Crowley, así que en vez de marcharse a casa después de la clase de educación física regresó al colegio; se metió en el mismo baño destartalado del primer piso y encendió un cigarrillo, sin preocuparse de cambiarse de ropa o fumar junto a la ventana para que no quedara olor. Se recostó contra la pared y empezó a divagar para hacer tiempo, sabiendo que el pelirrojo estaría listo para contarle todo ni bien saliera de la oficina del profesor Fell.

"Realmente no sé que le ve a ese hombre tan soso, pero si ya lo eligió..."

-¿Qué es esto? ¿Olor a humo?- exclamó una voz femenina en el pasillo, paralizándolo: era la voz de la profesora Miguel, una vieja insoportable y rígida que lo tenía en la mira desde hacía rato, y que si lo encontraba allí seguro le traería problemas. Intentó tirar el cigarrillo al agua para borrar la evidencia pero fue en vano, porque Miguel exigió en voz alta desde la puerta:

-¡Quienquiera que esté allí fumando salga ahora mismo o...! ¡Vaya! Beelzebub. ¿Por qué no me sorprende?- comentó con tono sarcástico al ver al joven pelinegro dirigirle una mirada envenenada. Sonrió.- No me importa que me mires mal, así que ya puedes olvidarlo. ¿De qué forma entenderás que el colegio es un sitio que debes respetar?

"Vieja de mierda" pensó mientras la profesora le echaba un sermón y lo llevaba al despacho del director con una asquerosa expresión de triunfo en su cara. Por suerte para él el director no estaba, pero el que si estaba era su secretario Gabriel, que la recibió y oyó su historia con rostro serio. Beelzebub no se consideraba vergonzoso en lo absoluto, pero de alguna forma se sintió enrojecer mientras la vieja soltaba un rollo sobre su falta de respeto y su sucio hábito de fumar en el baño. No quería ver la mirada desaprobatoria de Gabriel... ese maldito no era complaciente y bondadoso como el profesor Azira. Al quedarse a solas con él para que le escribiera una nota en su cuaderno con destino a sus padres, estalló antes de darle tiempo a regañarlo:

-Mire, ¡si va a decirle a mi padre lo mal que me porté, hágalo de una vez y terminemos con esto! Me quiero ir a comer algo. Tengo hambre.

-Eres un chico bastante problemático... ¿lo sabías?

-Púdrase- murmuró levantándose y yendo a mirar por la ventana con aire digno, mientras por dentro su corazón amenazaba con salirse de su pecho.

Soy tu Julieta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora