Capitulo XXVIII

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— Por favor no lo dejen morir. – Octavia para ese punto no sabia que hacer además de llorar.

Logan por otra parte... El se encontraba observando la escena, se sentía culpable. Octavia lo había hecho el culpable de todo lo que estaba pasando aunque no se lo hubiese dicho con palabras, pero la mirada que ella le daba decía más que unas simples palabras. Una parte de la vida de la castaña se perdería nuevamente si lo que ambos temían llegase a pasar.

— Haremos todo lo posible por no dejarlo morir... Pero no podemos asegurarles nada. – el veterinario entró de nuevo por donde había salido hace tan solo un par de minutos.

— Octavia... – el ojiazul se atrevió a hablarle mientras se acercaba un poco a ella.

Lo bueno del lugar era que Octavia no era la única quien se encontraba en aquel estado. Habían unas cuatro personas más que se podían ver de la misma forma que ella. Después de todo, era una veterinaria especificamente para urgencias puesto que al lado del local, se encontraba la veterinaria como tal. Todas las personas que tuviesen a un compañero animal que estuviese en un estado grave, venían a ese lugar. El mismo taxista se los había dicho mientras llegaba al lugar.

— No te atrevas, Dragomir... – la castaña se alejó de él al verlo acercarse. Las lágrimas seguían bajando, y un pequeño dolor de cabeza comenzaba a asomarse.

— Él estará bien. – le aseguró él mientras soltaba un pequeño suspiro – E igualmente, es solo un perro...

Aquello fue lo que realmente la hirió más. Ella le había revelado cuán importante era Woof para ella como para que dijera con simpleza "es solo un perro".

— ¡Ese perro es lo único que me queda!. – se contuvo de gritarselo mientras lo veía algo borroso por culpa de las lágrimas – Y jamas en toda tu mi vida te perdonaré si él muere.

— Lo siento, yo no quería... – Logan se detuvo de seguir hablando mientras Octavia solo sonrió de lado con burla mientras negaba.

<< Siempre supe que ese perro era su debilidad >>

El álter ego de Octavia había salido, y era ella quien seguía llorando para engañar al ojiazul. No podía hacer notar el cambio pues ella estaba segura de que Logan estaba al tanto de quien era. Lo más estupido que pudo haber cometido el ojiazul en el cuidado del animal, era dejar que algo le pasara.

~Flashback~

Iré por los helados mientras atiendo la llamada, cuida de Woof, Logan. – Octavia acaba de contestar a la llamada mientras se agachaba y acariciaba la cabeza de su perro – Comportate con él, Woof.

— Vamos, puedo cuidar de él. – le aseguró el ojiazul mientras tomaba bien la correa de Woof entre sus manos.

La castaña asintió mientras se disculpaba con la otra persona al lado del teléfono y caminaba hacia el señor que estaba vendiendo los helados en un carrito. Pidió dos, uno de vainilla para ella y uno de chocolate para el ojiazul. Octavia sabia que Logan adoraba el chocolate para la mayoría de los dulces. Él no se lo había dicho, pero ella lo había notado.

— No, Ade... No estoy lejos del departamento, puedo dejar a Woof y decirle a Logan que me lleve, el entenderá. – conectó sus audífonos al celular para luego colocarlo en su bolsillo – Gracias. – le dijo al señor para poco después con las manos libres, tomó ambos conos para luego caminar hacia donde se debía encontrar el ojiazul.

Una Luz En La Oscuridadحيث تعيش القصص. اكتشف الآن