Cap. 5 Henrrie's

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Damián se encontraba a sólo unos centímetros de ella y la miraba detenidamente tratando de memorisar su rostro. 

- No me has respondido, ¿vas a salir?

Olimpia tragó saliba. Si iba a estar casada con ese estúpido tenía que ser fuerte y pensar de forma fría.

- Sí, voy a salir. Sola, no quiero que salgas detrás mío - Lo miró con maldad en los ojos y se encaminó hacia la cama, perdiendo todo contancto con él.

En la cama había un ventido negro que tenía un escote en V vastante pronunciado que le llegaba hasta antes del ombligo. Luego de vestirse se peinó dejando su cabello suelto y con ondas y se maquilló. Se echó perfume y se encaminó hacia la puerta dispuesta a salir.

- Tu no vas a salir así - Damián estaba parado en la entrada mirandola con ojos de reproche.

- ¿A si, ah?, pues mira como lo hago - Olimpia lo empujo mientras Damián estaba desprevenido y éste casi se cae al suelo - Adiós, lindo - dijo irónicamente - no me esperes despierto, mejor dicho no me esperes - y dicho esto salió de la habitación tirandole un beso.

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Olimpia no conocía Miami, ni si quiera se ubicaba un poco , así que, decidió preguntarle a la babosa del mostrador asia dónde podía ir.

- Hola Marta - Se paró frente al mostrador con aire de superioridad.

- Buenas noches señorita, ¿en que la puedo ayudar?

- Te quería preguntar si conoces algún lugar por aquí cerca donde pueda salir a divertirme. Algo que no sea muy peligroso si no es mucho pedir - Marta penso un momento hasta que le respondío.

- Me acabo de acordar que hay un pub muy tranquilo a tres cuadras de aquí, sólo tiene que salir, doblar a la izquierda y caminar las tres cuadras. El pub se llama Henrrie's y es rojo.

Salió del hotel y el viento templado la golpeo de frente. No era molesto. La hacía sentir bien; se quedó unos segundos pensando a donde ir. quería caminar y pensar en todo, pero con la pinta con la cual había salido no era muy buena para salir solo a caminar. Finalmente se decidió por ir al bar que la chica del mostrador le indicó. Caminó hasta que lo encontró.

Era un lugar sobrio, no muy lujoso y se veía bastante cómodo. Entró, se sentó en la barra y a los pocos segundos apareció el Barman.

- Hola guapa, ¿qué quieres tomar?

- Hola, un whiski. Doble por favor.

- Sale un whiski doble - dijo el barman guiñandole un ojo.

De fondo se escuchaba una música electrónica y voces de gente que laramente se lo estaban montando a lo grande. Miró a todos lados y lo único que vió fueron mesas, gente comiendo y otra barra a lo lejos.

- Tu whisky

- ¡Oh!, gracias. ¿Te puedo hacer una consulta?

- Claro, estoy a tu dispocición - dijo guiñandole nuevamente en ojo.

- ¿De donde proviene la música?

- Al fondo del local hay un pasillo con tres puertas, la de al fondo es de una discoteca de este mismo local y las otras dos puertas son los baños.

- Woah, y que me habían dicho que era un pub tranquilo - rió coqueta. Al fin y al cabo el barman no estaba nada de mal. Recién había llegado y ya se había ddo cuenta de que iba a ser una noche muy entretenida. En todo caso, lo que menos quería era llegar al hotel.

Se terminó su whisky y se encaminó hacia el pasillo no sin antes dedicarle una mirada sensual al barman.

El pub era muy grande, realmente parecía mas restaurant que pub. Cuando por fin encontró el pasillo con las tres puertas se dirigió hacia la de al fondo y la abrió de un tirón. Dentro las luces de colores y la música a todo volumen la marearon un poco, pero luego se recompuso. El espacio no era tan grande como el pub en si, pero no era un lugar pequeño.

Luego de dar la vuelta al entorno se dirigió a la barra, se sentó en un taburet y esperó a que la atendieran.

- Hola, ¿en que puedo ayudarte?

Esa voz ya la había escuchado antes.

- O tienes un gemelo o te has cambiado sólo para verme - rió.

- Me he cambiado sólo para verte - rió el también - aunque no hubiese sido nada de malo que tuviera un gemelo, me hubiese salvado de muchas - el barman hizo una mueca y rieron los dos.

- Bueno, "barmanacosachicasolasyaburridas" supongo que tienes un nombre.

- ¡Hey!, yo no te estoy acosando, no quiero que pienses eso de mi. Perdón - se sonrojó.

Olimpia lo quedó mirando y se dió cuenta de que no era un hombre malo. Tal vez sólo quería ser amable y divertirse un poco también.

- Era una broma, no te pongas así. Además aún no me dices tu nombre y si no me lo dices te seguiré llamando así. Por cierto, yo me llamo Olimpia - dijo finalmente tendiendole la mano derecha.

- Y yo Matt, un gusto saber tu nombre, Olimpia. 

La pareja perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora