capítulo 3.

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(Esta historia es solo una adaptación la autora es @AllysonDeVil)

Cuándo Billie llegó a su casa estaba tan débil que su padre, Patrick, debió subirla cargada hasta su habitación, donde se quedó dormida casi de inmediato.

«Estúpidos efectos secundarios» pensaba Billie cada vez que la debilidad luego de una diálisis la atacaba. «Estúpida enfermedad» pensaba después.

Cuando su cuerpo le indicó que ya había dormido más de lo que necesitaba, Billie se sintió lo suficientemente fuerte como para bajar las escaleras y cenar junto a su familia.

La cena transcurrió casi con normalidad.

Casi.

-Billie.--la llamó su hermana, Camila. Billie volteó a mirarla, demostrándole que la estaba escuchando.--¿Quieres salir a dar una vuelta conmigo y Finneas?

-Amor, sabes que su corazón está débil y no puede hacer ese tipo de esfuerzos.--dijo su madre.

-Entonces tal vez... Podríamos... Solo salir al jardín y mirar las estrellas.

-Camila, ella está cansada después de la diálisis... Solo... Déjala descansar.

-¡Deja que Billie hable, mamá!.--dijo Finneas exasperado.

-¡No le hables así a tu madre, Finneas! 

-¡Entonces dile que le permita a Billie hablar! ¡Ella no es muda!

-Camila... Yo... Yo solo... --«Estúpida, la voz no debería fallarte» se regañó a sí misma.

-Ella hará lo que sea mejor para su salud. Y lo mejor para ella es quedarse acá en casa.

De repente, Billie comenzó a chasquear los dedos lentamente. Era algo que hacía cuando estaba estresada, indecisa o confundida. Mientras su familia peleaba en la mesa, ella los miraba sin saber que decir, chasqueando los dedos sin ser consciente de este acto.

«¡Haz algo O'Connell! ¡No dejes que se peleen por tu culpa! »

-¡Tiene casi dieciocho años mamá! ¡Ya no es una bebe!

-¡Pero ella está enferma!

Esto fue lo que hizo a Billie reaccionar.

En un ataque de ira la chica de ojos azules lanzó su plato al suelo y se levantó de la silla, frustrada, chasqueando los dedos inconscientemente.

-Billie, mi amor... Tranquila. Te puedes hacer daño.

-¡No soy una puta enferma, mamá!

Y con toda la velocidad que le permitían sus débiles piernas, Billie subió a su habitación y cerró con llave, aunque sabía que su madre tenía varias de repuesto, convirtiendo a este acto en un acto completamente inútil.

Enojada con su madre, con su familia y consigo misma, Billie se lanzó sobre la cama y comenzó a llorar.

¿Por qué no podía ser normal? ¿Por qué no podía simplemente tener una ligera gripe de vez en cuando? ¿Por qué no podía simplemente tener malas notas en la escuela? ¿Por qué no podía ser solo una niña estudiosa encerrada en una biblioteca? ¿Por qué tenía que ser la puta niña enferma que siempre parece estar a punto de morir?

-Billie.--la llamó su madre delicadamente a través de la puerta.--Billie, por favor, abre la puerta. Quiero... Quiero hablar contigo.

-¡Yo no quiero hablar contigo!

la chica de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora