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Por fin era viernes y podía hacer lo que me se viniese en gana sin que nadie me molestara y obviamente me inventé la excusa que puse antes con mis amigos. Mis padres trabajaban todo el día los viernes y tenía casa libre.
Me tumbé en el sofa de un sólo salto para ponerme a ver una película en la televisión acompañado de unas patatas y un poco de gaseosa, estaba esperando todo el día solo para esto y nadie me podía interrumpir hasta que de repente oí una notificación de mi móvil. No me iba a molestar en levantarme solo para coger el móvil así que lo ignoré por completo hasta que de repente me empezaron a llamar y no paraba de sonar. Tuve que levantarme con desgana y ví que era mi madre, mis ojos se abrieron como platos y atendí rápidamente la llamada con miedo por si me vaya a regañar por no contestarla.

—¿Sí?

—Hola hijo, ¿qué tal todo?

—Pues bien supongo, ¿qué pasa?—Suspiré aliviado de que no estuviese enfadada.

—Verás hemos estado en una reunión tu padre y yo con tu tutora y nos ha dicho que estas bajando las notas sobre todo en geografía.

—Ahhh sí, pero tampoco es para tanto solo baje un poco porque no entregue un trabajo a tiempo.

—Bueno, también nos ha dicho que en tu instituto estan preparando una extraescolar donde se reúnen todos los viernes por la tarde para un taller de donación de sangre.

—¿Y?—Contesté con indiferencia.

—Pues que te hemos apuntado.

—¿Cómo?, ¿Y así de la nada?, ¿Sin nisiquiera consultarmelo primero?

—Hijo te quedas todos los viernes en casa y nunca sales.

—Hoy he salido con mis amigos.

—Vaya que milagro, una vez en meses.—Dijo exagerando la frase como si nunca saliese de casa.

—Pero mam—Me interrumpió la frase.

—No hay mas que hablar, empiezas el viernes que viene después de clase.—Terminó la llamada

Me colgó el teléfono móvil y lo primero que hice fue estamparlo contra la pared en un acto de ira, no quería que mi familia tomase decisiones por mí como si fuese un niño pequeño.
En momentos como estos siempre llamaba a Jack, era el único que de verdad me comprendía y el que mejor consejos me daba, volví a recoger el movil que había aventado hace unos segundos para llamarlo.

—Hola Finn.

—Hola Jack, ¿puedes venir?

—¿Todo bien Finn?

—No exactamente.

—¿Qué ha pasado?

—Te lo contare cuando llegues.

—Ahora voy.

Colgó la llamada y me tiré de un solo brinco al sofá, me quede boca arriba mirando un punto fijo en el techo hasta que Jack llegará, viviamos en la misma urbanización y su casa quedaba a unas calles mas abajo de la mia pues la verdad no tardo casi nada en llegar, oí el timbre de mi puerta y me levante a abrirla, pues Jack ya había llegado y le invite a pasar dentro, se le veía agitado y corrían unas gotas de sudor por su frente.

—¿Has venido corriendo?—Pregunté basandome en su apariencia de haber corrido una maratón.

—Sí.—Contestó a la vez que inhalaba y exalaba aire frecuentemente.

—No me importaba que tardases un poco en llegar.

—Finn quiero llegar lo antes posible antes de que hagas alguna tontería.—Entró en mi casa como si el viviese ahí también.

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⏰ Last updated: Jan 02, 2020 ⏰

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Tregua - Finn Wolfhard Where stories live. Discover now