La indicada.

Capítulo 17

¿Que te he dicho de estar aquí afuera, Nathan? Aún no te recuperas de tu última gripe-dijo un anciano acercándose al niño de cabello oscuro y ojos verdes sentado al borde de la terraza.

_Me gusta estar aquí, Señor Magnus. Me gusta mirar el horizonte me hace sentir reconfortante.

_Ven hijo, volvamos a dentro ya no mortifiques a esté pobre viejo, aún no logró comprender por que esa obsesión con mirar el horizonte.

_Ni yo lo sé. Solo siento como si algo me llamará a el, como si estuviera buscando algo en el.

_Ahh-supiro el anciano acariciando la cabeza del niño. Volvamos a dentro, Berta hizo sopa de calabazas para ti, tu favorita.

_Berta es muy buena, señor Magnus.

_Lo es, es una buena mujer. Volvamos dentro.

_Cuenteme una vez más cómo fue que me encontraron.

_Nathan te he contado esa historia desde que eras un pequeñito creo que ya deberías saberlo.

_Me gusta oírla, y pensar por que me abandonaron mis padres. ¿soy una mala persona señor Magnus?

_Dios, claro que no hijo. Has traído alegría a está casa, a Berta y a mi desde que llegaste a nuestras vidas. No debes pensar que eres un mal niño.

_Siento que alguien me está esperando allí afuera, a veces tengo sueños raros cómo el canto de una canción.

_Sólo son sueño, solo es eso, venga volvamos dentro o Berta se enojara con nosotros. EL pequeño asintió con la cabeza y siguió al anciano dentro de la enorme casa.

Los invitados ya se han retirando y los niños están durmiendo, creo que Hermione debe descansar, Draco llevala a su dormitorio la pobre estuvo todo el día de aquí para allá.

_Lo sé, madre-dijo mirando a Hermione recostada en un sillón.

_Es una buena mujer, ella los cuidará muy bien.

_Eso también lo se, será mejor llevarla a descansar antes de que se duerma en ese sillón.

_Que descanse hijo.

Draco beso la frente de su madre y camino hacia Hermione ahora su esposa. Ella estaba parapadeando tratando de no cerrar los ojos.

_Oye, ven vamos a la cama-dijo Draco arrodillandose junto a ella.

_¿Se nota mucho mi canción?-preguntó ella.

_Solo un poco, aún así estás hermosa-dijo poniéndose en pie para tomarla en brazos.

_¿Qué haces?

_Voy a llevarte a la recámara.

_Puedo caminar.

_Eres una recién casada, debes entrar a la habitación como en las tradiciones.

_Draco, bajame ahora.

_No, no lo haré nunca-dijo subiendo las escaleras hasta llegar a la última habitación del pasillo.

_¿Por qué?-preguntó ella mirándolo a los ojos.

_Creo que es hora de que te lo diga, y espero no te asusté ni nada.

_Solo dímelo.

Él la bajo dejándola en la puerta de la habitación, ni siquiera la apartó de él la tenía sujeta de la cintura.

_¿Draco?

_Estoy enamorado de una mujer, Hermione.

_¿Qué?