ᴸᵉᵗʳᵃˢ ᴰᵉ ᵁⁿ ᴬˡᵐᵃ ᴰᵉˢⁿᵘᵈᵃ ᴬ ᴹᵉᵈⁱᵃ ᴺᵒᶜʰᵉ || [《Barbarena AU》]

Capítulo 21. |Libre De Máscaras|

VANCOUVER, CIUDAD DE LA COSTA PACÍFICA, CANADÁ.

Sugerencia:

Lean éste capítulo cuidadosamente. Vivanlo, y siéntanlo tanto como lo sentí yo al escribirlo.

DEPARTAMENTO DE BÁRBARA:

—Hola—dijo una voz detrás de Macarena haciendo que la castaña se paralizara conteniendo la respiración. Soltó los utensilios de la cocina de insofacto. Respiró hondo y lentamente se dio la vuelta para encontrarse con la mirada de una mujer con las cejas levantadas mientras la veía.

—¿Que haces aquí?—preguntó confundida y aturdida al mismo tiempo. La mujer la vio con una sonrisa y luego caminó hasta ella para probar lo que Macarena había cocinado—. Quiero decir... ¿Cuándo llegaste?—le preguntó a Kate que la miraba ceñuda.

—Hace poco—respondió—. Nadie sabe que he vuelto. Ahora solo tú. ¿Y Barbie?—la mirada de Kate se paseó por el resto del departamento y luego la posó nuevamente sobre la castaña—. Creí que estarían fuera. Por eso llegué directamente aquí. No vengo a interrumpir su momento romántico—le sonrió—. Solo vine a buscar algo de ropa.

—¿Ropa?—preguntó Macarena viendo como Kate le decía un sí con la cabeza. Estaba confundida. ¿Qué hacía Kate en Vancouver? Macarena pensó que estaría fuera durante más días. Le dio una sonrisa amena—. Bárbara está durmiendo. Quise preparar una comida para ambas pero si gustas puedo servir un tercer plato—Kate negó—. No es problema para mi. A Bárbara le dará gusto saber que volviste.

—No—dijo—. No es necesario y tampoco pienso quedarme. Como te dije, solo vine por algo de ropa. Aprovecharé que Barbie aún duerme y sacaré lo necesario—Macarena la vio sin decir nada—. Ustedes necesitan tiempo a solas y no pienso arruinar sus planes. ¿Cómo ha estado? ¿Tomó sus píldoras?

Macarena trago grueso. ¿Sería prudente decirle que Bárbara le había confesado que las había olvidado? Lo pensó mentalmente.

—Sí—mintió y Kate suspiró—. Las tomó. Me he ocupado de ello—le dijo—. Te prometí estar al pendiente y he cumplido con lo que me pediste–la castaña observó a Kate confundida. La pelirroja estaba actuando extraño—. ¿Cómo te fue en Ontario?—le preguntó con intriga y Kate hizo una mueca con la boca.

Respiró profundo y la vio sentarse sobre la hilera de la cocina.

—Me fue bien—contestó sonriendo—. Lauren es muy profesional en lo que hace. Es muy astuta—dijo—. Aunque aún faltan cosas por averiguar. No me dio información detallada. Solo me dijo que la psiquiatra que atendió a Bárbara cuando era una niña estuvo en su consultorio y le dio unos documentos importantes pero confidenciales—Macarena asintió—. Necesito descansar. Todo ha sido tan rápido que siento que mi cabeza va a colapsar en cualquier momento. ¿Cómo estás tú?

—Bien. Lisa está muy preocupada por ti—le dijo.

—Pude notarlo—dijo con ironía—. Te escuché hablar con ella y creo que no se tomó muy bien que me quedara con Lauren en Ontario—murmuró viéndola y Macarena soltó una risita nerviosa—. Hablaré con ella en cuanto salga de aquí. ¿Estás segura que Bárbara aún duerme?—preguntó con una sonrisa y Macarena iba a contestar cuando vio que Kate miraba por encima de su hombro.

Se dio la vuelta nuevamente y se encontró con la sonrisa de Bárbara y unos ojos somnolientos.

—Hey—le dijo suavemente mientras se acercaba a ella. La escritora la vio con detenimiento. Como si estuviera analizando cada detalle de la castaña—. ¿Cómo estás? Quería llevarte la comida a la cama pero creo que siempre eres tú la que termina sorprendiéndome—Bárbara le sonrió—. ¿Cómo te sientes?