Live

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      Jamás me plantee el hecho de que vivir significara algo, que vivir debía tener un propósito, que vivir fuera sinónimo de amar. Solo porque siempre vivía día a día  y no me preocupaba por saber que pasaría mañana, pasado, en una semana, meses o años. Pero él sí lo hacía.

       Supongo que Chris tenía una manera distinta de ver las cosas, otra perspectiva; en la que nunca piensa mal de nadie, en la que respira y sigue adelante, en la que se entrega y lo entrega todo por los demás. Él sí, él sí solía preguntarse que pasaría mañana.
A veces parece difícil saber que todo puede cambiar de la noche a la mañana, asimilar el hecho de que aquello que tanto amamos y cuidamos pueda desaparecer. Y no es que solo me concentre en mi, o en lo que estoy sintiendo, pero es que simplemente no puedo asimilarlo. Siempre supe que éste día llegaría solo que no pensé que tan pronto, y no puedo seguir, no sé como hacerlo. Porque sé que él sí sabía y en un momento de desesperación podía, más bien lograba, calmarme como nadie más.
¿Acaso nada fue suficiente, acaso hizo falta algo más, acaso no sirvió el amor?

      Recuerdo Until The Ocean sonando en el club, Andrew flameaba como recuerdo vivo en la voz de Chris. Había sentimiento y creo que él si sabía como conectar. Porque cada palabra que de su boca salía -de la de Chris-, era en memoria de nuestro amigo.
Cuando conocí a Christopher, Andrew me dijo que era un sujeto agradable, lleno de sueños, expectativas y energía para dar. Amor. Eso dijo. "Anímate. Ya verás. No tengas vergüenza." Me aseguró que todo marcharía bien. El tiempo pasaba y aunque nuestro conector navegaba en el espacio infinito, cada vez estaba más seguro de que tenía a mi lado a las dos mejores personas que jamás había conocido y que cada vacío podía llenarse con fervor. Con música, alcohol, Andrew y Chris.

Christopher Boyle. El mismo que tanto lloró cuando supimos que el infinito se había acortado en un milimetro de segundo en el que nuestros corazones estallaron de dolor. Cuando supimos que Andrew se había ido, y que ese lunes 19, en la madrugada su rostro dejó de estar lleno de vida y sus ojos dejaron de dilatarse al hablar de música... porque ya no habrían más charlas como esas. Andrew ya no estaba pero por alguna razón no éramos los únicos que presentíamos que un legado comenzaba. O al menos eso nos quedaba de consuelo.

     El hecho de que él ya no estuviera sembró una pequeña semilla de duda en mi cabeza. ¿Había vivido? ¿Andrew vivió?

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