Neko Corporation ♡ | SEUNGPYO

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—Bueno, creo que podremos hacer esto ¿Listo?

Wooseok observó al pequeño Dongpyo justo frente a él, sosteniendo a uno de los bebés, mientras el otro se encontraba apoyado en su pierna. Los bebés aún gimoteaban, pero milagrosamente ahora estaban calmados, mucho más en comparación con los gritos de antes, y aunque Wooseok había mencionado el dejarlos así hasta que lleguen Jinhyuk o Seungwoo, cuando le explicó a Dongpyo que los pequeños se habían hecho popo en su pañal y eso les molestaba, tuvo que aguantar unos minutos de quejas del minino, diciéndole que si fuera al revés, a ellos no les gustaría tener popo molestándoles el trasero. Así que al final colmó la paciencia de Wooseok y los cambiarían.

Después de ser convencido, Wooseok dijo que no tocaría mierda de bebé, sí, esa fueron sus palabras, así que junto a Dongpyo caminaron hasta la cocina para buscar cosas que les sirvieran y de algún modo evitaran que se ensucien. Wooseok encontró en uno de los cajones unos guantes de látex nuevos, y le ordenó a Dongpyo que usara los que ya estaban utilizados y secos al lado del fregadero; también Wooseok, en su intento por calmar la peste que sabía saldría apenas abrieran esos pañales, caminó fuera de la casa y tomó un par de ganchos pequeños para colgar ropa, entregándole uno al minino pelinegro y ordenándole que se lo pudiera en la nariz. Después de eso y que Wooseok se colocara el delantal de cocina de la madre de Seungwoo, ellos ya estaban listos o eso decía el castaño.

Subieron a la habitación de los pequeños y dejaron a Minhee en su cuna, mientras tomaron a Yujin, y ya que no encontraron una superficie sólida, Wooseok abrió una de las puertas y de esta cayó la base recta para planchar la ropa. Perfecto, pensó él, colocando a la pequeña bebé encima, mientras esta se chupaba el puño y los observaba, con sus ojitos llenos de lágrimas secas y su naricita con mocos caídos.

—Bueno, Dongpyo, esto es simple, le sacamos esto. —Señaló el pañal una vez le alzaron el pequeño vestido rosa con flores de colores. —Y tenemos que limpiarle el trasero, sino ensuciará el nuevo pañal ¿Entiendes? —El otro minino asintió, pasando su mano por su nariz por milésima vez, el gancho le fastidiaba mucho, además de hacerlo respirar dramáticamente por la boca, pero si Wooseok lo decía, él lo haría, al final Seungwoo había dejado al castaño a cargo, y Wooseok le caía bien.

Una vez sacaron el pañal, la bebé movió sus pequeños piecitos, en lo que Wooseok le entregaba el pañal sucio a Dongpyo, diciéndole que lo botara en algún tacho de por ahí, y que le trajera ese papel higiénico gigante que había visto en la cocina, Dongpyo le preguntó por qué no el del baño, si ese era más suave, pero Wooseok solo contestó que, como era más pequeño, tenía miedo de mancharse con la mierda de la bebé, así que mejor prevenir que lamentar.

Durante el proceso de limpiar a la niña, Wooseok estuvo obligando a Dongpyo a ir y venir cada que tiraba el papel sucio, ya que a ninguno se le había ocurrido la idea de una bolsa, hasta que al final le dijo a Dongpyo que trajera el tacho de basura entero, aunque luego lo hizo devolverlo porque traía el olor de la popo de la bebé, y no es que fuera muy fuerte, pero sus narices estaban más desarrolladas de lo normal, así que para ambos era insoportable, aún con los ganchos tapando sus fosas nasales.

Dongpyo le hablaba a la pequeña mientras Wooseok terminaba de ponerle el pañal, y aunque nunca supo si estaba al revés o no, el castaño se sintió orgulloso cuando ya tenía a la pequeña como nueva, con esta estirando su manito, queriendo tocar las castañas orejas en la cabeza del minino.

Wooseok por un momento iba a acceder, pero bastó que Dongpyo le dijera un comentario lleno de ternura para que casi tire a la bebé al suelo, entregándosela al otro minino, ordenándole que se lleve a esa cosa que servía únicamente para llorar, comer, dormir y hacer mierdas.