Capitulo dos

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En mitad de su profundo sueño fue despertado por el suave crujir de la cama, abrió uno de sus ojos perezosamente. Debía ser Bakugo. Su sospecha fue acertada ya que al rato lo escucho gruñir levemente, se oía bastante molesto.

Lo escucho quitarse la camisa y luego echándose a la cama bruscamente tomando las sabanas para cubrirse, de pronto sintió que su pareja lo comenzaba a mover cuidadosamente para acurrucarlo también, ya que se había dormido encima de las telas. Sonrió levemente pero aun no encontraba las fuerzas para hablar, se sentía aun un poco desconectado de la realidad por la forma brusca de despertarse.

—Jodido Deku...

—Jodido Todoroki— Escuchó.

Probablemente alguno de aquellos dos fue capaz de robarle la victoria a Katsuki contra algún villano... O tal vez no- tal vez solo este enojado con ellos solo por existir. El pelinegro finalmente se digno a doblar la vista y mirar a su esposo unos momentos, se estaba quitando los lentes de contacto con la luz de mesa encendida.

—...Bienvenido— Le dijo Kirishima dulcemente acurrucándose en las sabanas y sonriéndole perezosamente con los ojos.

—Tch.

Ciertamente. Había llegado enojado.

Katsuki desvío la mirada un rato algo enojado y de pronto suspiro algo apenado haciendo que Kirishima se preocupara inmediatamente.

—¿Estás bien?

— Sí. Sí. Ya cállate pelos de mie-

Se detuvo antes de terminar aquel insulto. Se había dicho días atrás no ser tan agresivo con Eijirou.

No ahora que él sabia que lo necesitaba.

Kirishima tenia una idea pegada en su pensamiento, Bakugo estaba cansado de él, ya que no aportaba al hogar, siempre estaba cansado para todo y lo único que hacia era dormir, le sorprendería si Katsuki no estuviera pensando en el divorcio. Él ya no era la misma persona que antes, ya no era masculino...

Estaba llevando una vida llena de arrepentimientos.

El silencio inundo el cuarto, ambos se estaban mirando a los ojos. El rubio llevaba puesto sus lentes para poder ver a Kirishima mejor, pero al rato desviaron las miradas para volver a dormir.


Eijirou despertó gracias a una suave luz que atravesaba las persianas del cuarto, miro el techo un momento y se sentó en la cama lentamente. Tosió suavemente y cuando dobló se sorprendió al ver a Bakugo aun durmiendo tranquilamente.

Eso hizo que su día brillara.

Todo tomo color en ese momento, no estaba solo, al menos ese día no.

De pronto escucho el celular de su esposo vibrar una y otra vez, lo tomo suavemente por mera curiosidad. Luego con una gran tristeza sacudió al rubio.

—Despierta Bakugo— Murmuró.

—Que te quedaste dormido...

Este despertó de golpe y se fue a duchar rápidamente mientras soltaba varias maldiciones y quejas. El pelinegro se quedo mirando las sabanas algo triste, toda aquella felicidad que tan rápido llego con esa misma velocidad se fue. Cerró las cortinas bien para intentar volver a dormir mientras escuchaba la ducha.

Debía decirle... Decirle cómo se sentía.

Bakugo salió de la ducha vestido y apresurado, casi corrió a la cocina a prepararse un café para llevar. Kirishima se levanto algo débil de la cama, su cuerpo le pesaba y cuando finalmente lo pillo estaba en la entrada del departamento colocándose sus botas.

—Bakugo...— Lo llamó.

—Ahora no. Más tarde. Mierda, Deku y mitad-mitad ya deben estar allá. Mierda.— Lo escuchó bastante frustrado.

Sabia que no habría un más tarde, ya que probablemente o no volviera en tres días más o simplemente llegaría a únicamente dormir. Quería decirle ahora.

—Bakugo, es importante...—Volvió a llamarlo.

—QUE AHORA NO. MIERDA. NO ME HABLAS CUANDO TENGO TIEMPO Y CUANDO ESTOY APURADO SI QUIERES.

El pelirrojo apenado desvio la mirada. Él sabia que todo esto no iba a funcionar, Bakugo estaba demasiado centrado en ser un héroe y aquello le ocupaba todo su tiempo y Kirishima había caído en una depresión severa, lo que más necesitaba era que su esposo le diera tiempo y atención, aun que sea un poco. Esto no iba a funcionar aun que más quisiera.

— Baku-

Sentía un nudo en la garganta que no lo quería dejar hablar.

—Hablamos en la no-

El rubio fue interrumpido por su esposo que con su voz quebrada le dijo algo que llevaba en su mente hace varias semanas.

—Quiero el divorcio...

El rostro de Bakugo se descompuso enseguida, soltando el pomo de la puerta enseguida. Mirando perplejo a su pareja.

—¿Qué?


...

Misericordia [Bakushima/Kiribaku]Where stories live. Discover now