Capítulo Final (28) pt. 2

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Joshua había despertado, se encontraba en el suelo perdido entre sus pensamientos, no recordaba donde estaba ni como había llegado. Se levantó pesadamente observando alrededor, viendo que el suelo habían dos cuerpos ahí. Uno de lo que parecía ser un hombre mayor, y el otro, el de una niña pequeña.

El silencio era demasiado, como si algo hubiese atacado el castillo. Estaba tan concentrado en sus propios pensamientos, hasta que escuchó unos pasos y unas voces acercarse. Tenía miedo de lo que estaba pasando, así que buscó algo en todas partes hasta encontrar una daga que estaba en el suelo. La tomó fuertemente poniéndola en frente en signo de defensa.

Dos hombres se acercaron, y se alarmaron al ver a Joshua parado ahí en modo de defensa. Los hombres se vieron entre sí tratando de encontrar una explicación.

—¿Quiénes son? –exclamó con un tono de miedo en su voz. Uno de ellos comprendió lo que pasaba.

—Espera... ¿recuerdas tu nombre? –preguntó inseguro, tratando de dar un paso hacia Joshua, pero él no bajaba la daga de su mano.

—Soy Hong Jisoo. –declaró. Aún esperaba una respuesta de las dos personas que estaban en frente de él.

—Soy Kim Mingyu y él es Kwon Soonyoung. ¿No recuerdas lo que pasó? –Jisoo lo pensó por unos segundos, hasta que imágenes pasaron en su cabeza.

—Estaba en el bosque en medio de la noche... –murmuró– después todo se volvió oscuro. –Soonyoung miró a Mingyu comprendiendo lo que había pasado.

—Escucha, estás herido. –señaló su mano derecha, y Jisoo la observó.– Te llevaré al hospital saliendo de aquí, solo que tendrás que esperar, tenemos que sacar el cuerpo del Rey... Y de la niña. –murmuró. Jisoo se dio cuenta de lo que estaba pasando, observó el rostro de ambos cuerpos, y ninguno se le hacía conocido.

Wonwoo se encontraba de pie, en frente de lo que era la tumba de su madre, y ahora la de su padre, en la lápida venía escrito el nombre ambos. Miraba aquello fijamente y con determinación, a un lado de él, se encontraba Seokmin, quien estaba de pie observando el nombre de Choi Seungcheol. Era su padre, después de todo. Jihoon se encontraba a dos metros de ellos dos, no se sentía digno de estar con ellos, porque nunca fue Rey, y no podía estar en frente de la esposa de la persona que amó. Se sentía vacío, pero estaba tomando una excelente decisión a partir de ahora.

Hansol y Seungkwan se encontraban de pie, en la tumba que pertenecía a Sofía. Seungkwan abrazaba de la cintura a Hansol, como si quisiera protegerlo de todo. Se sentía tan triste y apenado, que lo único que quería hacer, era proteger a la persona que estaba a su lado, y amarlo para siempre. Ellos estaban en silencio sin decir ninguna palabra, Hansol estaba triste, pero estaba feliz de que fue Seungkwan quien está a su lado.

Mingyu estaba detrás de ellos dos, teniendo la mirada baja, soltó un suspiro mirando al cielo, ya casi era pasado del medio día. Caminó lentamente a ellos dos.

—Es hora de irnos. –murmuró.

—Lo sé. –contestó Hansol con la voz apagada, y Seungkwan solo lo miró.

Mingyu se apartó y caminó hacia Wonwoo, se posicionó a un lado de Jihoon esperando que ambos terminaran de despedirse. Jihoon observó de reojo a Mingyu.

—Creo que después de todo, el Reino Jeon ahora puede tener al Rey que a una vez esperó. –murmuró Jihoon observando la espalda de Wonwoo.– Y quizá ese Rey tenga a alguien que lo ayude.

El Príncipe Encantado - SEVENTEENWhere stories live. Discover now