Capitulo 2.-

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Hola, al fin he terminado este nuevo capitulo, espero lo disfruten tanto como yo disfrute escribirlo.


Capitulo 2.

Habían transcurrido dos semanas de aquella fiesta en dónde conoció a Martín, desde ese entonces no se habían cruzado en la universidad, después de todo no coincidían en ningún ramo, quizás ni siquiera en horario. Manuel consideraba que era mucho mejor de ese modo, ya que solo fue ligue de una noche, le resultaría demasiado vergonzoso tener que mirarlo a la cara. Finalmente la clase de metafísica finalizó, con calma guardó sus cosas en la mochila, no había apuro, era la última clase y afuera llovía torrencialmente, tenía la esperanza que al hacer un poco de tiempo la lluvia parara como por arte de magia.

Veinte minutos después todo seguía igual, la lluvia no se detenía y debía volver a casa, de seguro Cholito estaba asustado con la tormenta. Se encaminó con prisa hacia el casino, necesitaba conseguir una bolsa plástica para envolver su mochila y evitar de ese modo que se mojaran sus cuadernos. El casino estaba lleno, todas las mesas estaban ocupadas, con ese clima los estudiantes tendían a aglomerarse en sitios cerrados.

- ¡Hola tía Juanita! - Se recargó en el mostrador.

- ¡Manuel! - La mujer de mediana edad centró su atención en el chico. - ¿Y esa carita mijito? - La preocupación era evidente en su tono de voz.

- Anoche no pude dormir, tenía mucho que estudiar. - Se excusa rápidamente.

- Pero igual tiene que descansar. - Le dedica una cálida sonrisa. - ¿Quieres un tecito?

- No tía, no tengo plata. Yo venía a pedirle un favor gigante. - Alza ambas cejas al momento que abre los brazos.

- Manuelito plata no tengo hasta fin de mes. - Confiesa la mujer avergonzada.

- No es eso tía. - Se ríe. - Necesito una bolsa de plástico para meter mi mochila, afuera está lloviendo fuerte y no quiero que se me mojen los cuadernos.

- No tenemos, usted sabe qué hace tiempo está la ley establecida y no se pueden dar bolsas. - La mujer se muestra afligida ante su situación.

- Flaco, si querés yo te encamino hasta tu casa. - Al oír esa voz tan familiar su cuerpo se tensa notoriamente.

Se giró rápidamente encontrándose con un sonriente Martín, quién por cierto, lo miraba de pies a cabeza con un toque de lascivia. De pronto Manuel sintió sus orejas arder, la manera en que el otro lo miraba le incomodaba, más no dijo nada al respecto, solo se limitó a fruncir ligeramente el ceño y desviar la mirada evidentemente avergonzado, después de todo contaba con no volver a verlo nunca más, embargo el destino era tan perro que ahí estaba frente al rucio.

- Ya po, acepto la oferta. - Vuelve a mirar a la mujer. - Chao tía, nos vemos mañana, que descanse.

- Chao mijito, cuídese arto y váyase derechito pa la casa. - La mirada de la mujer se mantenía fija en el rubio.

- Chao tía. - El rubio le guiñó un ojo a la mujer para luego pasar uno de sus brazos por los hombros del chileno y guiarlo hacia la salida.

- Oye weon, no necesitai guiarme, me conozco perfectamente el camino. - Pese a su comentario no hace nada por apartarlo.

Caminaron en silencio hacia el estacionamiento de la universidad, Manuel mantenía la mirada fija en el piso y Martín tarareaba "Mujer amante" de Rata blanca, después de todo el rubio no podía estar en silencio, de alguna manera deseaba romper el hielo, notaba al chileno bastante tenso, todo lo contrario a esa noche donde terminaron teniendo sexo tras la biblioteca.

Lazos RotosWhere stories live. Discover now