2: Steve

3.8K 197 31
                                    

—Gracias por acceder a enseñarme la ciudad.

—No tiene que agradecerme, señorita Romanoff.

Natasha sonrió mientras que caminaba detrás de aquel guapísimo hombre americano. Era alto y rubio, justo como a ella le gustaban, y esos músculos...

A Natasha le encantaban los chicos americanos. En especial éste chico americano.

Recientemente había dejado su hogar en Rusia para empezar una nueva vida mudándose a Nueva York, y conoció a Steve gracias a que él vivía en el departamento al lado de el de ella, y los compañeros de cuarto de Steve—quienes él se había referido como "Sam y Bucky".—siempre estaban coqueteando con Natasha. Algunas veces tenían cortas conversaciones cuando se encontraban en el pasillo o en el ascensor, otras veces él la ayudaba a sacar las bolsas de su auto cuando ella iba a comprar comida. Y ahora ella le había pedido que le diera un tour por Nueva York y le enseñara la famosa ciudad ya que Steve le había revelado que él había vivido ahí durante toda su vida.

—¿Así que solo te mudaste a América para buscarte un novio?—Preguntó Yelena la noche anterior cuando, como siempre, había llamado a Natasha para ver cómo estaba y la pelirroja le contó sobre Steve y el crush que tenía hacia su vecino americano.

—¿Qué puedo decir?—Natasha sonrió y metió una cuchareada de helado a su boca.—No me gustan sus jeans pero puede que me guste lo que está debajo.

Yelena se rió a carcajadas y Natasha antes de colgar la llamada le pidió a Yelena que le saludara a Alexei y Melina, para luego seguir viendo su película. Cada noche veía películas en inglés con subtítulos para repetir lo que decían los personajes e intentar mejorar su inglés.

Ahora, al día siguiente, Steve le daba un tour por algunos de los lugares más famosos en Nueva York. Hasta ahora habían ido a Times Square y Broadway, en donde Natasha aprovechó y compró dos boletos para un musical. Cuando Steve le preguntó para quién era el segundo boleto ella sonrió coqueta y le dijo que era un secreto, ya que todavía no quería decirle al rubio que esperaba que pudieran ir a una siguiente cita juntos. Ya que sí, ella consideraba aquel tour por la gran manzana una cita, ya que gustaba mucho de Steve a pesar de que éste no se daba cuenta.

—Disculpe señor Rogers...

—Por favor señorita, llámeme Steve.—Dijo sonriéndole mostrando sus dientes blancos como perlas.

Steve, ¿podríamos tomarnos un descanso del tour? Estoy hambrienta.

—Oh, si le gustaría conozco un buen lugar de helados aquí cerca.

Natasha sonrió.

—Me encantaría.

Steve la llevó a al heladería y después de pedir sus helados se sentaron afuera y Natasha lo miró embelesada por lo guapo que era, pero el rubio no parecía notarlo.

—Así que, Steve, ¿porqué no me cuenta un poco sobre usted?

Steve la miró y se llevó una cucharada de helado de chocolate a la boca antes de responder.

—No hay mucho que decir. Crecí en Brooklyn y me uní al ejército, después de terminar con mi servicio me convertí en un entrenador personal y me mudé con Sam y Bucky.

—¿Y desde cuando ustedes tres son amigos?

—He conocido a Bucky toda mi vida. Él solía defenderme de los chicos que me molestaban hasta que empecé a hacer ejercicio, me puse fuerte y más alto que él. A Sam lo conocí durante mi tiempo en el ejército. ¿Qué me dices de ti, Natasha?—Preguntó mientras que ella lamía su cono de helado.

—Antes en Rusia vivía con mi hermana Yelena y nuestros amigos Alexei y Melina, pero empecé a aburrirme de mi vida ahí, sentía que cada día era igual y que todo era demasiado monótono, así que empaqué mis cosas y decidí venir aquí a empezar desde cero. Ahora estoy intentando buscar un trabajo como maestra de ballet mientras que veo cómo consigo la ciudadanía.

—¿Tú enseñas ballet?

—Fui una de las mejores de mi clase.

—Puedo ayudarle si quiere, a encontrar un trabajo, quiero decir.—Dijo Steve acomodándose en la silla.—Un amigo mío, Scott, él tiene una hija la cual ha estado queriendo aprender ballet. También está mi amigo Tony, su hijo Peter ha estado tomando clases de ballet desde hace varios años, pero su maestra se retiró y él quiere seguir con sus clases.

—¡De verdad lo apreciaría! Se lo agradezco, Steve.—Dijo sonriendo.—Cuénteme más sobre usted.

—Bueno...—Steve se sonrojó ligeramente.—Decidí mudarme con Sam y Bucky ya que mi ex novia Peggy terminó conmigo.

—¿En serio?—Preguntó sorprendida.—Si me permite decirlo, no entiendo porqué haría eso. Usted es un hombre muy apuesto.

Steve se sonrojó aún más y Natasha sonrió en sus adentros.

Durante el resto del día siguieron recorriendo la ciudad y compartiendo anécdotas de la vida del otro, conociéndose más y empezando a formar una amistad.

—Tus amigos Bucky y Sam parecen estar interesados en mí.—Dijo Natasha riendo mientras que se dirían a ver uno de los puentes.

—Ah... discúlpalos, ellos comparten sus últimas dos células cerebrales.—Ambos rieron.—No sé bien porqué lo hacen, para ser sincero aveces creo que los dos están en una relación y no quieren decirme...—Puso mirada pensativa y Natasha rió.—Así que, Nat, ya que sabes sobre mi vida amorosa, ¿cómo está la tuya?

Natasha se aclaró la garganta y apartó la mirada.

—Tenía un novio en Rusia, su nombre era Kraven... él... bueno... digamos que lo nuestro no termino bien. Él tenía una mala actitud y un peor temperamento. Me pidió que me casara con él y yo dije que no porque sentí que nuestra relación se volvería más tóxica de lo que ya era.

—Oh...—Steve la miró apenado.—Lamento escuchar eso, no debí preguntar...

Para evitar preocuparlo, Natasha le sonrió.

—Está bien. Esquivé una bala cuando no acepté casarme con él. Estoy feliz de haber podido dejarlo antes de que las cosas se pusieran peor.—Suspiró.—Él es en parte la razón por la que decidí dejar Rusia, pero como dije, estoy intentando empezar de nuevo. Como dice aquella cantante que a todos ustedes les gusta: Thank U, Next.

Ambos rieron. Steve sentía que conforme más llegaba a conocer a Natasha, más le agradaba ésta chica, y Natasha se sentía cada vez más cautivada con Steve, con su brillante cabello rubio, sus bellos ojos azules y su perfecta sonrisa.

—Gracias otra vez por enseñarme la ciudad.—Dijo Natasha con una sonrisa de oreja a oreja una vez volvieron al edificio en el que ambos vivían.—Me divertí mucho hoy. Tú sí que sabes cómo hacer que una chica se sienta bienvenida Steve Rogers.

Steve le sonrió con amabilidad y asintió.

—Fue un placer Natasha. Si algún día quieres ir a ver cualquier lugar que nos faltó, estoy justo al lado de tu departamento.—Se pasó una mano por su cabello al mismo tiempo que Natasha acomodaba uno de sus mechones rojos detrás de su oreja.—Así que, Natasha, ¿qué parte de América te gusta más hasta ahora?

Natasha se sonrojó y se acercó un poco más a Steve, cuando los rostros de los dos se acercaron él empezó a sonrojarse.

—Me está gustando éste chico americano.

Everyone loves Nat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora