Tu Me Cambiaste La Vida: Entre La Espada Y La Pared {Temporada 2}

Capítulo 1 "Ayúdame"

Había pasado una semana, desde la fiesta de cumpleaños de Kevin, me había vuelto una paranoica de primera, más de lo que acostumbraba, tenía nervios, muchos nervios de todo. Después de lo que había pasado en la fiesta, volví a evitar a todos, en especial a Lucas y a Chandler, sentía que todos me miraban...todos sabían lo que pasaba, todos sabían que soy una maldita zorra que se ilusiono nuevamente con Chandler después de lo que me dijo en la fiesta, qué tal vez siento algo por Lucas y que sabían que me bese en la fiesta con... ¡Maldición!, ¡¿Por qué todos me están viendo?!

Bajé la cabeza ignorando las miradas, intentando mejor dicho, mi corazón latio a mil por segundo cuando escuché los pasos rápidos de alguien acercarse a mi pero no me atrevía a voltear para ver quién era.

—Elizabeth, yo sé que te besaste en la fiesta con...

No me detuve a ver quién era, lo único que hice al sentir el contacto de su mano con mi hombro fue correr y no parar, esta vez no me sostuvo nadie de la mochila, de el cabello, de la blusa o de el brazo, lo cual me tranquilizó un poco.

Estando algo lejos saque mi caja de cigarros, puse uno entre mis labios y lo prendí, la flamita se movía por mis manos temblorosas, suspiré soltando el humo, y me deje caer sobre el suelo resbalandome en una pared para no caer de lleno, si antes fumaba mucho ahora lo hago más por los malditos ataques paranoicos que tenía.

—¿Por qué corriste?—preguntó Chandler quien ya estaba sentándose al lado mío con el ceño fruncido.

Tragué saliva, él sabe...sabe que aún lo quiero, que quiero estar con él, pero ¿Y si también sabe lo demás?, ¿Y si todos lo saben?, yo pasaría de ser en el instituto "la emo" a una de las Barbies zorras. Nunca pensé que algo que creí un intento de buena acción e inofensivo me estuviera matando.

—Pensé que Julieta y tú ya no se llevaban tan mal—subió los hombros, tomo el cigarrillo de mi mano y le dió una calada.

—¿Ju-Julieta?—cuestioné extrañada y nerviosa.

—Si, te llamó cuando ibas entrando y tú solo corriste hasta aquí—explicó haciendo una mueca y soltó el humo del cigarrillo.

—¿Solo me llamo?, ¿Qué me dijo?

—Solamente te dijo "Elizabeth"—frunció el ceño.

—Cre-creí que...

—¿Estás bien, Crocker?—preguntó colocando su mano libre sobre mi frente—te vez muy... pálida—la quitó y me devolvió el cigarro.

—S-si—asentí levemente.

—Si te sientes mal puedo llevarte a la enfermería—avisó.

—No, estoy bien—respondí, aún que estaba a nada de rogarle perdón, ¿Cómo pude besarme con alguien si se supone que lo amo?, pero no me bese con él porque sintiera algo, pero ¿Quién creería eso?, es estúpido pero es la verdad. Y ¡¿Cómo puedo "amarlo", si dude de mi amor por él por él pelirrojo?!

—¿Quieres irte?—me miró.

Negué sin poder hablar, un nudo en la garganta comenzaba a formarse. Le di una calada al cigarro y suspiré.

—¿Puedo quedarme?

—¿Para que quieres quedarte?—me extrañé.

—Okay, la verdad es que en estas semanas te he visto muy...distante, hasta con Sam y se me hace extraño después de que ya hablabas más con él, con él idiota de Lucas, con Julieta y hasta conmigo. ¿Te pasa algo?

Me ha pasado mucho.

—Solo me gusta de vez en cuando estar sola—inventé.

—¿Me crees idiota?—sonrió, Dios, no sonrias por favor—sé que odias la soledad, creo que se te olvida que te conozco, Lizzie.