Sunflower ❬Markhyuck❭

✧;; Uno ༉‧₊˚

En su primer día de clases cayó una tormenta.

Jaehyun había acordado que lo recogería pero hubo un cambio de planes de último minuto. Mark pretendió que podía regresar a casa sin paraguas y caminó bajo la lluvia por un par de cuadras hasta que el mal clima lo obligó a refugiarse bajo la lona de un local de comida.

A su lado se encontraban cuatro de sus compañeros de clase, tres chicas y un chico. El grupo formaba un círculo en el otro extremo de la lona y estaban tan concentrados en su plática que no se percataron de su presencia.

—Yo creo que es hijo de un mafioso ruso —Comentó una de las chicas.

—Estoy seguro que dijo que venía de Nueva  York —Corrigió con gentileza el chico.

Mark bufó. Hablaban de él. Del estudiante extranjero. Contuvo las ganas de refutar y decirles que, en realidad, era el heredero del diablo y que estaba ahí para traer desgracias a Corea. Seguro que con eso, al menos, los obligaba a no hablarle por el resto del ciclo escolar.

Las chicas rieron por algo que una de ellas comentó. Suspiró.

El chico, al fin, lo notó. En lugar de desviar la conversación amablemente, sonrió burlonamente y alentó a las chicas a continuar.

—En lugar de hacer teorías conspirativas, deberían preocuparse por su aspecto. ¿Ya vieron que es muy atractivo? ¡Cómo les hará caso si ustedes no lucen de su nivel!

Mark rodó los ojos. Ya había localizado al graciosito de su salón.

—Eso nadie te lo refuta, Hyuck.

—¡Cierto! Tiene una piel tan tersa como el jade.

Las chicas volvieron a soltar risas discretas. El tal «Hyuck» sonrió con mayor motivación.

—Sus pestañas son rubias como su cabello, curioso. ¿No?

—Los de abajo también son rubios. ¿Quieres verlos?

La voz de Mark resonó con aspereza.
Atrayendo las miradas de las chicas que, de inmediato, se pusieron coloradas y no encontraban sitio en el cual esconderse. El tal Hyuck también le observó ojiplático por unos segundos, al parecer, no contaba con una respuesta de su parte.

Mark no sonrió, pero se sentía victorioso.
Eso las callaría.

Finalmente, a Hyuck le regresó la sonrisa.

—¿En serio? ¿Puedo ver?

Pervertido.

Mark salió disparado a la tormenta, rostro sonrojado y mirada abochornada.
Eso tampoco se lo esperaba Donghyuck.

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¿Debería actualizar dos veces a la semana?

—Nao