Sunflower ❬Markhyuck❭

✧;; Cinco ༉‧₊˚

—¡MinHyung, espera!

Donghyuck se convirtió en una molestia, al menos al inicio. Solía interceptarlo a unas cuadras del instituto y caminaba a su lado hasta un cruce donde se reunía con las usuales tres chicas del salón.
Con el paso de los días, Mark lo aceptó como parte de su rutina.

La noche anterior había llovido a cántaros, las calles estaban repletas de charcos y, por supuesto resbaladizas.
Donghyuck corrió en un intento de alcanzarlo, tropezó y se deslizo hasta Mark. El rubio bien pudo sujetarlo del brazo para evitar su caída pero, en su lugar, se hizo a un lado dejando que Donghyuck se estampara contra el suelo.

—¡Ahhh! ¡Eres tan malo! ¡Me dejaste caer! —Se quejó a la par que se llevaba las manos a la cabeza.

Mark lo esquivó y continuo su camino.

—Ya te lo dije, tú caminas por tu cuenta y yo por la mía.

Donghyuck asintió abochornado y se situó al otro lado de la calle, intentando mantener el ritmo de Mark.

—Hoy iré a comer ramen con Jeno —Canturreó—. ¿Vienes con nosotros?

—No puedo.

El moreno se detuvo de golpe y apretó los labios, en verdad quería que Mark se les uniera. Tras pensarlo unos segundos sonrió de lado y fingió tristeza.

—Ya lo sabía, pasas más tiempo con Chittaphon que conmigo. Me engañas. ¡Qué descarado!

Mark resopló con molestía intentando mantener la calma, detuvo su andar y se giró hacia él, fulminándolo con la mirada.

—No engaño a nadie. Taeyong también está ahí. Deberías cuidar tus palabras, podrías acarrear problemas.

Donghyuck bajo la mirada y sonrió, esta vez en forma de disculpa. Cuando Mark se enfadaba parecía, realmente, el heredero del diablo.

Continuaron su camino.

—Deberías tener cuidado —Añadió Donghyuck tras varios minutos de silencio—. No lo digo por Taeyong, él es una buena persona, pero tiene un grupo... y ese grupo tiene problemas con otras personas y esos si que son malos. ¿Acaso no has escuchado de los asesinatos? La situación está peor cada...

—¿Eso te interesa? —Mark lo decía con genuino interés—. Morirás, tarde o temprano todos también lo harán. Incluyéndome.

Donghyuck sonrió, siempre lo hacía, cuando las palabras faltaban con ese gesto comunicaba todo. Esta vez era una sonrisa de tristeza.

—MinHyung, creo que tienes una personalidad muy bonita pero sueles callarte. ¿Por qué? Me gustas más cuando hablas, así que deja de guardar silencio.

Mark ignoró su comentario. Suspiró.

—No importa, estoy familiarizado con las pandillas y los pleitos entre estas. En Nueva York tenía... mi grupo, mis amigos. Eran buenos chicos, les agradarías.

A Donghyck le brillaron los ojos, lo alcanzó para caminar hombro con hombro.

—¡Entonces es una promesa!

—¿Qué?

—Llévame a Nueva York para conocer a tus amigos y visitar los lugares donde yo quiero ir.  ¡Oh, ya sé! Deberíamos ir a la biblioteca pública y después buscar algún aperitivo... ¡Como Hot-dogs de kimchi!

Mark lo miró con extrañeza. ¿Quién en su sano juicio juntaría el horripilante kimchi y los Hot-dogs?

Donghyuck se tranquilizó y lo observó del mismo modo.