•c i n c o•

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- Así que... ¿Cómo te llamas?- Preguntó la castaña.

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     - Mi... Mi nombre es Iida Tenya.- Su voz era la de un muchacho, pero hablaba con la melancolía propia de un hombre que triplicaba su edad.

     - Yo me llamo Izuku, y ella es Ochako. Somos de un pueblo vecino de donde pasaron... hace cuatro noches. Nos dijeron que trataste de ayudar a los que estaban siendo... interrogados.

     - Tratar no es realmente ayudar ¿Qué clase de caballero soy? Solo podía gritar como un niño...- Dejó de hablar cuando notó como una cobija caía sobre sus hombros.

     - Si quiera gritar en tu situación era valiente ¿No crees? Imagínate lo que pudieron haberte hecho.- La chica hablaba con pesar en su voz, el caballero lucía realmente miserable. -Descansa un poco, te urge. Vamos a seguir caminando en unas horas, tal vez nos puedas decir de donde vienes para poder llevarte de vuelta.-

     - ¡No! No quiero volver allí... Llévenme a Salotto Inferno, allí estaré seguro.- Su rostro había adquirido una expresión de absoluto terror, sus ojos se abrieron como platos y comenzó a tiritar de manera violenta.

     - T-Te llevaremos, pero necesitamos ir por provisiones antes. Regresaremos a nuestra aldea y continuaremos el viaje.- Respondió el peliverde en un intento de tranquilizarlo.- Deberíamos dormir, tenemos que apurar el paso.- Se recostó sobre el suelo y cubrió su cuerpo como pudo con su capa y la cobija, aunque sin importar lo que hiciera el frío y la humedad harían estragos en su cuerpo en la madrugada. Se arrastró un poco más cerca de las chispas que aún ardían de la fogata, para después sacar de su bolsillo el pequeño amuleto que llevaba ahora y atesorarlo entre sus manos. - Descansen...- Suspiró cerrando sus párpados con pesadez.

     "Él no es así, estoy seguro".

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Llevaban horas caminando sin parar, el sol en lo alto les calentaba la piel, y la brisa fría traía consigo el frescor de la tarde. Habían atravezado el bosque guiados por el sol, no era tan espeso como la noche lo hacía parecer. Pocas fueron las palabras que cruzaron durante el camino, pero ahora que por fin el terreno era plano y tranquilo la curiosidad de la chica se impuso a su cautela.

- ¿Por qué quieres ir a Salotto Inferno, Tenya-san?

- Soy un pupilo de Lord Todoroki, y compañero de armas de su hijo menor.- Desvió su mirada apenado al pronunciar esas palabras.

- ¿Y dónde está él?- La historia comenzaba a sonarle aterradora al de ojos esmeralda.

- B-Bueno, él...

- ¿Lo capturaron?

- ¿Lo mataron?

- ¡¿Algo peor?!- Preguntaron al unísono los amigos.

El de ojos azules los observó ofendido, casi dolido por sus palabras. Si alguien los hubiese visto pudieran haber jurado que ambos habían insultado a la madre del caballero y escupido en la tumba de sus ancestros.

- ¡Por supuesto que no! Eso estaría en contra de todas las normas del honor, y los Tenya somos la casa vasalla más leal a Salotto Inferno. Pero yo... - Exhaló el aire que retenía de golpe, era vergonzoso admitir su error.- Yo no seguí sus instrucciones, y por eso me quedé atrás.

- ¿Y cómo luce él? Tal vez podríamos reconocerlo en el camino.- Izuku quería asegurarse de que la teoría que comenzaba a formar en su cabeza era correcta.

The Heir (Tododeku AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora