"There is a certain taste to it"

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Era habitual para Ashe preparar la comida para sus compañeros de los Leones Azules. No significaba una molestia, disfrutaba cocinando y sobretodo de ver que el resto de la clase apreciaba sus habilidades en los fogones.

Algunos de sus compañeros se aprovechaban de ello para escaquearse de la tarea. Otros simplemente le pedían ayuda en la cocina cuando tenían problemas, por lo que Ashe solía pasar todas las mañanas en la Cantina del Monasterio. Esta vez lo haría acompañado de Mercedes.

Mercedes prefería no abusar de la amabilidad de su compañero y comenzaba siempre a preparar las raciones ella sola. Pese a que trataba todos los utensilios e ingredientes con mucho mimo, no podía evitar que su lado más patoso saliera a la luz cada vez que se acercaba a los fogones. Por lo que al final siempre recurría a la ayuda de Ashe para las tareas más complicadas.

Ashe estaba encantado de ayudar, sabía que Mercedes quería encargarse de la tarea ella sola y no quería ocasionarle una molestia. De todas formas, él sabía el riesgo de intoxicación que podría sufrir toda su clase si dejaba que Mercedes se encargara de todo, por lo que acudía ayudarla siempre, incluso antes de que ella se lo pidiera.

Mercedes quería preparar un estofado, pero como era habitual su elección de los ingredientes no era del todo acertada. Ashe conocía el tipo de cocina experimental que imperaba en los platos de Mercedes, así que pasó primero por el mercado para comprar todo lo necesario antes de que su compañera se pusiera manos a la obra.

Cuando Ashe llegó a la cantina percibió por el olor que salía de la cocina que quizá había llegado demasiado tarde. Mercedes se había adelantado y ya llevaba un buen rato cocinando, viendo esto se apresuró a la cocina para evitar la catástrofe antes de que fuera demasiado tarde.

Al entrar Mercedes se giró hacia Ashe con entusiasmo. Se sentía orgullosa de lo que estaba haciendo, creía que por una vez la comida había quedado como debería y además sin ayuda de nadie. Quería que su compañero probara un poco antes de que lo hicieran los demás.

Mercedes acercó una cuchara a los labios de su habitual pinche, expectante por conocer su reacción. Ashe dudó unos segundos, pero vio en los ojos de Mercedes lo orgullosa que se sentía de su trabajo, así que probó aquella sopa que la nueva cocinera le ofrecía con tanta energía.

Aquel mejunje que pretendía ser una sopa sabía como Ashe suponía que debía saber nada más lo vio, pero quiso suavizar su opinión hacia su compañera, expectante por conocer su veredicto.

"Bueno... Tiene un cierto sabor...Curioso"

Las cara de felicidad de Mercedes de desdibujó ligeramente. Creía que esta vez lo había hecho bien, pero estaba tan acostumbrada a que Ashe la bajara de la nube hasta el suelo de la realidad que tampoco se lo tomó tan mal. Aceptó las palabras de su talentoso cocinero como una segunda oportunidad para que este le ayudara con una receta que sí se pudiera comer. 

Ambos desecharon la sopa de Mercedes y se pusieron a trabajar en otra receta, ella se aplicó en base a las directrices de Ashe y al cabo de un rato consiguieron terminar todas las raciones a tiempo para la hora de comer.

El habitual cocinero de los Leones Azules seguía un poco preocupado por su ayudante, temía haber herido sus sentimientos al decirle lo que pensaba sobre su comida, así que al terminar de servir las raciones se acercó a ella y le dio un ligero beso en la mejilla. 

Mercedes agradeció las intenciones de su compañero, dejó entrever una sonrisa y añadió:

"Seguro que eso ha tenido buen sabor"

Fire Emblem: Three Houses #fictober2019Where stories live. Discover now