"Can you stay?"

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Las noches se habían vuelto cada vez más cerradas y frías, la gente dejaba de deambular por los alrededores del Monasterio mucho antes de lo que era habitual y el ambiente que envolvía los edificios se tornaba más siniestro.

Había una estudiante que no había sido amedrentada por el cambio de estación y cada noche seguía aventurándose hasta la biblioteca del Monasterio para seguir con sus estudios. Las noches frías no serían rival para ella, sin embargo lo que sí causaba inquietud era la oscuridad y los secretos que se ocultaban en sus adentros.

Pero no podía tenerle miedo a la oscuridad, ella ya era lo suficiente mayor como para tener un miedo tan infantil y realmente necesitaba practicar más su magia, no podía quedarse atrás respecto a sus compañeros, por lo que llegar sana y salva a la biblioteca era crucial.

La mayoría de los paseos nocturnos transcurrían con tranquilidad, rara vez se escuchaban ruidos o se veían sombras inusuales, que resultaban normalmente ser provocados por pequeños animales como los perros y gatos que merodeaban por el Monasterio.

No obstante esa noche los alrededores parecían diferentes, no sabía si era por la lluvia o por la poca luz que podía conseguir en su camino, pero la oscuridad asemejaba realmente aterradora.

Se apresuró para llegar cuanto antes. No era por el miedo, claro que no, sino porque estaba lloviendo y no quería que sus libros y apuntes se mojaran de camino. Cuando estuvo a punto de llegar al destino algo la paró en seco.

La pequeña muchacha vio como una sombra se acercaba hacia su dirección, haciéndose más y más grande a medida que se apresuraba. Ella no podía ver nada más que una difuminada silueta y sabía que aquello no se correspondía con un cuerpo de ningún animal que habitaba en el Monasterio.

El miedo se apoderó de ella y más concretamente de sus piernas, que le imposibilitaron salir corriendo. Así que se escondió, se ocultó detrás de una esquina esperando pasar desapercibida. En su mente intentaba relajarse, era imposible que ningún enemigo deambulara por el Monasterio a estas horas sin ser visto por nadie, tendría que ser alguien que ella conociese.

Los pasos de la sombra empezaban a sonar con más fuerza, estaba cerca y los intentos de serenidad fueron cubiertos por el miedo una vez más. Aguantó la respiración por un segundo y cerró los ojos, y la tensión se rompió cuando la sombra pasó de asemejar un monstruo abominable a una figura amable cuando dijo

"Lysithea ¿Qué estás haciendo aquí?"

Inmediatamente abrió los ojos y aquel miedo que hasta hace un segundo la estaba fatigando se esfumó, de la misma manera que la tensión en todo su cuerpo se esfumó, desplomándose en el suelo.

Byleth ayudó a la chica a recomponerse. Todavía conmocionada, Lysithea abrazó a su profesora con alivio y entre sus brazos murmulló.

"¿Puedes quedarte conmigo?" 

La profesora asintió y cuando su alumna se sintió mejor, la acompañó a la biblioteca. Pero no solo fue esa noche, sino que Byleth se aseguró de que Lysithea no volvía a estudiar sola por las noches nunca más.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2019 ⏰

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