↬Cap.52↫

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Me encontraba sentada en una jardinera ubicada en las banquetas de la ciudad, apoyandome en mis rodillas. Me había agitado y comenzaba a sudar frío. El regresar caminando fue una mala idea, me detuve para regular mi respiración, comezaba a respirar pesadamente y mi bebé no se movía temía que empeorará y me sucediera algo estando sola.

Afortunadamente pude tranquilizarme después de un largo rato sentada y mi bebé nuevamente dio señales de estar bien, moviéndose un tanto incómodo. Continúe con mi camino, esta vez me dirigí a tomar el subterráneo, no correría el riesgo de volver a sentirme mal.

Comencé a tensarme al escuchar el motor de un auto muy cerca, no quise voltear, pronto tomó delantera, se detuvo en frente y por ahí bajó Félix.

¡Maldita costumbre de asustarme de esa manera!.

—Hola Marinette, ¿Porque tan sola?. ‐hablaba mientras avanzaba hacia mí‐

—Solo salí a tomar aire, ya voy de regreso. ‐fui seca al contestar, pase por su lado para seguir mi camino pero me detuvo‐

—Permíteme llevarte. ‐tenía mi brazo sujetado‐

—No te preocupes, gracias. ‐mencioné con sutileza para no ser grosera‐

—No es problema para mí. ‐conectó su mirada grisácea con la mía mientras sujetaba con más fuerza mi brazo, provocandome molestia‐

—¡Pero no quiero!. –me empezaba a molestar su insistencia, solo quería estar sola‐

—Yo se que si Marinette, vamos, nadie quiere estar solo en momentos difíciles.

Por segunda vez me convenció de llevarme. Después de haberme sentido mal no podría arriesgarme a pasar de nuevo por lo mismo.

—Y dime...¿Como estas?. –mencionó una vez dentro del auto, sentándose de lado‐

—Realmente ¿Te importa?.

Era una pregunta tonta, era obvio que no estaba bien, que me encontraba mal.

—Solo me interesa saber cómo te sientes. Se que son momentos difíciles y me encantaría consolarte. ‐de momento me sentí mal por ser tan grosera, después de todo no era su culpa‐

—Disculpa mi actitud es solo...

—Lo sé, se perfectamente como te sientes. ‐recordé que el también perdió a sus padres a muy temprana edad y que aún su pérdida debe doler y mucho– ¿Me dejas darte una abrazo? –asentí, quizá esté tipo de situaciones removian en él ese doloroso pasado‐

Una vez nos separamos ambos nos acomodamos en los asientos, arrancó el auto y condujo despacio, haciendo que el trayecto fuese más largo de lo común. No mencioné nada me mantenía callada pensando que Adrien era injusto con él pues también necesitaba apoyo para superar su duelo, me sentía pésima por ser tan grosera, él sólo quería ayudarme y yo no fui amable.

Llegamos al edificio, lo observé por un momento, Félix no era tan malo como parece, merecía una oportunidad, quizá si le ofrezco mi amistad por fin logre unirlo con su primo, la familia siempre es primero y merece estar unida.

—Gracias por traerme y nuevamente discúlpame por ser tan grosera.

—Descuida, yo solo queria ayudarte. –pensé un momento la idea que surcaba en mi cabeza‐

—¿Te gustaría pasar? Puedes quedarte a comer con nosotros.

Era arriesgado ya que Adrien siempre muestra enfado con él, pero me las arreglaría para que lo tome con calma y acceda a llevarse mejor con el.

Alianzas forzadas. //Adrinette//Where stories live. Discover now