PARTE ÚNICA

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"Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros. Lo que hacemos por los demás y por el mundo, permanece y es inmortal" -Albert Pike.

Dejé mi café a un lado mientras revisaba la programación para la entrevista en cámara Gesell. Es tedioso, lo sé. Tener que solicitar una entrevista y que te programen desde hoy hasta dentro de 3 meses. Pero lastimosamente sólo contamos con 4 cámaras de este tipo y se hace lo que se puede para abastecernos. Hoy toca la entrevista de una niña llamada: Denisse Zulema, al parecer habría sufrido de tocamientos indebidos por uno de sus docentes y dentro de un rato la tendría sentada al frente a mi para comenzar con la entrevista. Empecé a repasar las preguntas generales que le haría: ¿Cuál es su nombre?, ¿Cuál es su edad?, ¿Dónde estudia?y las otras preguntas más, todo dependería de como ella va respondiendo. Minutos más tarde, ingresó a la cámara después de haber estado en la sala de encuentro, donde la prepararon psicológicamente para el interrogatorio. Así que sin más di un último reojo a las dos cámaras de video en el lugar y acomodé el auricular instalado en mi oído, era hora de empezar.

Dos horas aproximadamente transcurrieron cuando las preguntas primordiales ya estaban absueltas: Denisse tiene 12 años, estudia en el colegio Mariscal Castilla, su agresor fue su profesor de Matemáticas, que actualmente ya no labora en el colegio. Fue tocada en varias zonas de su cuerpo: Piernas, cabello y pechos, al menos en 4 oportunidades. Y según su testimonio, al parecer, no fue la única "victima".

En la mayoría de casos con menores de edad, las expresiones físicas frente a un interrogatorio son casi las mismas: Se muerden los labios, juegan con sus dedos y demoran unos cuantos segundos en responder. Denisse no fue la excepción.

"Solo espero que ninguno de sus otros docentes haya estado enterado de esta situación, porque de ser así, estarían procesados por no levantar una denuncia", fue lo que pasó por mi mente mientras redactaba mi informe pericial.

Día a día intento hacer lo correcto y brindar justicia para aquellos que viven angustiados, sueño con que los victimarios estén pagando por volver a alguien su víctima. Y cuanto más lo pienso siento que me enlazo con ello. De todos modos, debe ser cierto lo que siempre me dicen: Los sueños y la angustia nos une.

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