Se acercaba la época navideña, todo lleno de luz y calidez, el momento perfecto para convivir con los seres queridos, en un café donde se servían los mejores postres de la ciudad, justo en el turno de las 6 estaba cerca de la caja registradora estaba un joven trabajando, este chico de 20 años se llama Marcelo el cual era alto y delgado, con un cabello negro del cual resaltaba una fría mirada con ojos color azul marino. Este se encontraba en la caja registradora ya que era una persona solitaria, que no le gustaba interactuar con otras personas. Desde hace unas cuantas horas el observo que uno de los clientes no dejaba de observarlo y cuando sus ojos se cruzaban este bajaba la mirada, era un chico joven con apariencia de ser de un instituto, así que Marcelo mando a uno de los camareros a que viera que deseaba el chico.
El joven chico se acercó a la caja registradora para cancelar el café que ordeno, Marcelo lo atendió como a cualquier cliente sin mirarlo directamente, a la hora de entregarle el cambio por su café sus manos se tocaron por un breve momento, el joven chico al notar que Marcelo alejaba la mano la tomo bruscamente sin pensarlo, Marcelo se sorprendió y le pregunto:
-¿Se le ofrece algo más, señor?- El chico al darse cuenta de lo que hizo se sonrojo y lo soltó inmediatamente luego le dijo con una vos tímida y temblorosa –Lo lamento mucho- levanto la mirada –¿me podrías decir tu nombre?-
Marcelo le dijo con una voz fría y con un tono algo sarcástico –Señor, usted puede leer mi nombre en la viñeta que está en el uniforme-
El chico se sonrojo más y se comenzó a sentir aún más nervioso y le dice –O… bueno, un gusto en conocerte Marcelo, mi nombre es Benjamin… y bueno me gusta mucho el café de este lugar, lastimosamente no me gustan los dulces por ello siempre lo pido solo-
Marcelo pensó “¿porque me dice estas cosas?, ¿será que quiere algo de mí? Le responde –Si lo pude notar ya que vienes aquí casi todos los días, gracias por la preferencia-
Benjamin muestra una sonrisa y dice con mucha emoción –Me has notado, bueno si tienen el mejor café, pero no esperaba que tú notaras mi presencia, más que todo por todas las chicas que vienen a verte trabajar- toma aire y con su cara sonrojada pregunta -¿dime estas saliendo con alguien?-
Marcelo le responde –No estoy interesado en ese tipo de cosas, puedo sonar atrevido pero ¿Por qué siempre que viene aquí se sienta en la misma mesa y me observa trabajar y se retira hasta que acaba mi turno?-
Benjamin se pone muy nervioso y le dice con una voz temblorosa –bueno no es algo que haga con la intención de molestarte… es solo que… bueno creo… que me gusta Marcelo...- se da cuenta que lo dijo en voz alta y con toda la cara roja le dice en voz alta -¡Sé que es raro y no pido que me correspondas ni nada de eso!-
Marcelo responde con una voz seria y fría –Lo lamento, no estoy interesado en entrar a este juego de críos, justo hoy es el primer día en que hablamos y ni siquiera sé quién eres, además nunca he tenido un sentimiento por otro hombre-
Benjamin con una voz deprimida le responde –Sé que todo esto es muy raro para ti a mí me tomo más de un mes darme cuenta de mis sentimientos por Marcelo, ya que es la primera vez que alguien me gusta de esta manera-
Marcelo colocando sus codos sobre la mesa al lado de la caja registradora y acercándose a la cara del chico le dice -¿Cómo puedes saber que yo soy la persona que te gusta?- le pregunto repentinamente con una mirada fría he indiferente.
Benjamin retrocedió de golpe ya que le sorprendió lo cerca que estaba de Marcelo y le responde –¡¡AAHHHH!!, bueno pues cada vez que veo a Marcelo mi pecho duele pero a la vez me siento feliz, pero en el momento que veo a Marcelo hablar con otras personas me siento frustrado y confundido, es como un mar de emociones que yo no puedo controlar…- Marcelo lo interrumpe y le dice –¿mi turno ya casi termina quieres salir a caminar?-Benjamin con una gran sonrisa asienta la cabeza y le dice, ¿está bien que te espere afuera? Marcelo le responde –Claro, como tú quieras-
