Treinta y uno

757 122 25
                                    

Hoy puede llegar a ser cualquier cosa que pueda suceder alguna vez

- [] -

—Un día, dentro de algunos años, vamos a estar comiendo en el jardín de alguno de nosotros. Taehyung vendrá con su esposo, que probablemente será una súper estrella o algo, y tomará fotos de todos, Yoongi y Hoseok habrán dejado de fingir para entonces que no se aman y yo estaré con mi amado Jin, probablemente con cinco hijos o algo por el estilo.

A veces, las palabras de Namjoon regresaban a la mente de Taehyung, sin que pudiera evitarlo.

El día estaba soleado, con poco viento realmente, y el jardín estaba lleno de flores; una imagen que gritaba por todos lados que la primavera por fin había llegado y que los largos tiempos de nieve habían por fin terminado.

Si Taehyung hubiese tenido su cámara con él, ya hubiera tomado muchas fotos, porque lo que estaba viviendo en ese instante merecía ser inmortalizado. Pero por primera vez en mucho tiempo, él no traía su cámara, pues ese día había decidido que se iba a dar la oportunidad de disfrutar por una vez del momento, en lugar de preocuparse porque la cámara captara a la perfección lo que él sentía.

Y ahora que no tenía de otra más que enfrentar la situación, no pudo frenar sus recuerdos, los cuales llegaron con las palabras que Namjoon había dicho el día que se graduaron de la universidad.

Namjoon se había equivocado en lo que había dicho y aquello lo entristecía un poco... aunque tampoco podía quejarse mucho del resultado.

Yoongi y Hoseok sí habían dejado de fingir que no se amaban, eso le quedaba claro cuando los volteaba a ver en ese preciso momento: se reían juntos, alimentándose entre ellos pedazos de carne con sus palillos.

Taehyung, por otro lado, no tenía un esposo súper estrella, pero sí tenía un novio maravilloso, quien se estaba encargando de preparar la comida en un asador, mientras contaba unos chistes demasiado malos, incluso para él que tenía un humor bastante simple.

Y por supuesto, estaba el detalle de Namjoon ya no estaba ahí con ellos, como todos hubieran querido que estuviera.

Tal vez las cosas no habían pasado como Namjoon se las había imaginado, pero eso no significaba que la manera en la que todo había resultado no fuera buena.

Después de todo, estaban en el jardín de la enorme mansión de la familia Kim, compartiendo con un par de padres que tan sólo unos meses antes no le hablaban a su propio hijo. Casi parecía un milagro, ¿no es cierto?

Incluso Haneul había encontrado algo bueno de todo eso, pues había llegado al evento con su nuevo novio: Jeon Jungkook, su ex becario (ahora compañero de trabajo, pues lo habían contratado una vez que se graduó, debido al gran desempeño que había tenido), con quien al parecer había logrado encontrar una relación equilibrada, porque sus personalidades se complementaban de alguna forma. Quién diría que habían comenzado hablando el día de su cumpleaños y acabaron saliendo... incluso había sido con él con quien había ido al restaurante con las mesas privadas.

Sí, definitivamente todo había ocurrido completamente diferente a como se lo había imaginado en sus tiempos de universitario, pero tenía su encanto.

—¿Estás bien, amor? —le preguntó Jin, probablemente percatándose de que sus pensamientos lo habían llevado a otro lugar.

Taehyung se acercó a él, abrazándolo por atrás para no interrumpir su tarea de voltear filetes en el asador que tenía enfrente.

—No podría estar mejor, cariño —murmuró en su oído, plantando un rápido beso en su mejilla después.

Jin soltó una pequeña risa por el gesto, viéndose feliz porque lo hubiera hecho.

—Parecía que estabas pensando mucho —explicó.

—Bueno, eso es verdad —le concedió.

—¿En qué tanto pensabas entonces? —cuestionó con curiosidad.

—Estaba pensando en que quiero guardar este momento para siempre en mis recuerdos, pero sin usar mi cámara —admitió, soltando al mayor finalmente.

Jin dejó su tarea por un momento al escuchar sus palabras y se volteó a él con una linda sonrisa adornando su cara.

—Oh, eso es fácil de lograr —le aseguró. Taehyung volteó a verlo con una ceja alzada—. Los mejores momentos se quedan grabados en tu corazón sin que te des cuenta, si en verdad los disfrutas cuando están sucediendo.

Y para Taehyung, una persona que había decidido estudiar fotografía porque después de que la vida decidiera irle arrebatando las personas que más amaba, poco a poco, asumiendo que la única manera de mantenerlas consigo era si las plasmaba con una cámara, aquellas palabras lo golpearon con una realidad antes desconocida para él. Porque se había equivocado... había estado muy equivocado todo ese tiempo. Él no tenía que plasmar en fotografías lo que sentía, él podía expresar lo que sentía.

—Tae... ¿estás llorando?

Y sí estaba llorando, pero no eran lágrimas de tristeza, ya no lo eran. Lloraba de felicidad, porque a pesar de todo, de las tragedias, del dolor y todos esos años de represión emocional, al fin había encontrado un momento perfecto en el que no sentía nada más que felicidad.

—Ya no, Jin.

I can't let go » kth + ksjWhere stories live. Discover now