Capítulo 7: Cayendo por Emilio

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Día cinco.

Unos pequeños movimientos me hicieron despertar perezosamente, maldición me pesaban los párpados.

Sebastian estaba brincando en el pequeño espacio entre Emilio y yo, sus pequeños Risos dorados tapaban su frente y sus ojitos azules estaban más grandes de lo normal.

Al darse cuenta que había despertado, se lanzó sobre mi y besó mi rostro.

-Buenos días muñeco- dije acariciando su rostro. Sebas se acurrucó en mi pecho escondiendo su pequeña cabeza en el hueco de mi cuello, sus manos se fueron a mi pecho y comenzó a cantar en susurros, simplemente adorable.

Acaricié su cabello y su pequeña espalda. El movió sus pies y le dio una pequeña patada a Emilio, a lo que solté una pequeña risa al escucharlo gruñir, abrió sus hermosos ojos, y nos sonnrió de lado, bostezo, estirando su cuerpo y se giro para mirarnos.

-Mis personas preferidas- Dijo con la voz tan ronca que me dieron ganas de besarlo.

Sus ojos estaban achinados y su pelo revuelto.

Jesús.

Emilio se estiró y lanzó su brazo sobre nosotros.

-¡No respiro!- grité y le di un puñetazo justo en su mariposa.

- ¡Mierda!- Emilio se retorcio del dolor y Sebastian rió.

-Tío Mailo dane un abazo- dijo el saliendo de mis brazos y buscando los de Emilio, El la estrechó en sus brazos y besó todo su rostro.

-Tenemos que arreglarnos- Dijo Emilio poniéndose de pie con Sebastian en Brazos. Me puse de pie y él me paso a Sebas.

-Ustedes bañense en mi baño, yo iré al de Eduardo- tomó una toalla y salió de la habitación lo más rápido que podía.

-Bueno Sebas, voy a bañarte- tome su pañalera, mi mochila y cerré la puerta del baño.

***

-Que lindo está Sebastian- Dijo Azul cuando salimos del cuarto de Emilio, lo tomó en sus brazos y lo llevo a la cocina.

Caminé por el pasillo y choque contra un Niko en bóxers y medio dormido.

-¿Qué diablos haces aquí?- preguntó abriendo mucho los ojos-. ¡Mierda, Marcos! -gritó y lo tome por el brazo para que no avanzará.

-Estoy ayudando a Emilio con Sebas es todo- rodé los ojos y él asintió.

-Más te vale Joaquín- me despeinó y siguió hasta la cocina.

***

-Entonces nos vemos hoy a la hora de siempre- besé la mejilla de Mauricio antes de empezar a caminar a la salida.

Emilio estaba recostado en la puerta de su camioneta. Me acerqué a él y le sonreí.

Estiró sus brazos y tiro de mi hacia él.

-Tienes que dejar de hacer eso- Me removí pero no logre nada. Emilio me soltó y caminó hacia el lado del conductor. Metió la mano por la ventana y sacó un ramillete con cinco girasoles.

-Para ti- me las entregó y luego besó mi mejilla.

-Gracias- subí mi mirada a la de él y un pequeño apretón se generó en mi abdomen.

Mierda me gusta tanto Emilio, sus ojos me encantaban, y más cuando le llegaba el sol, su sonrisa me atrapaba sin problema y Dios, su rostro parecía esculpido por los mismos Dioses.

-Te invito a comer algo y luego buscamos a Sebas, ¿Qué dices?.

-Lo siento Mailo, le daré clases a Mauricio hoy, debo ir a Dalton, pero juro que estaré en el departamento antes de las siete- le sonreí pero él me miró mal.

Treinta. |EMILIACO|Where stories live. Discover now