II

102 13 0
                                    

—Reina, idónea reina celeste,
¿eres la cosechadora de mis soplos a la luna menguante?
Parece que ayer fue cuando te deslizaste
como perlas que me hacen sentir preciosa
en mi cuello albar, que no entiendo cómo es que lo gozaste.
Gozamos.

El "nos" suena tan profundo...
y resulta el olvido tan eterno y escarnio.
Yo sí lo repetiría, mi reina celeste y de todos los celestes galácticos,
pero no para tenerte amarrada a mi lado,
sino para desgarrarnos en sudor y llanto.

Mi predilecta reina, me desgañito tanto por tu presencia~.

¿Eres una reina?
El título es corto a tu veraz silueta.
¿Tediosa la carta? Y una mierda,
te nombraré: "el hada nocturna".—

—Oh, ¿y cómo es que pueden atinar a eso tus deducciones? —dejó la copa, en una distancia armónica de una mano a otra—. ¿Acaso tienes experiencia con los tipos de personas halladas en estos lugares tan impredecibles?

—Vaya, idea descartada, no eres una adolescente ahogando inexpertamente las penas con la primera copa que se ha encontrado. —rió, sentándose en la silla para, probablemente, seguir con una amena conversación—. Genial.

—Heh, ¿ignoras las preguntas para parecer más interesante?

—Ignoro sólo las que conllevan respuestas obvias. —alzó los brazos con glamour, se veía igual de hermosa y ensayada como una modelo en plena presentación de ropa otoñal. Sonreía pícaramente, tan afilada como su mirada analítica y divertida con todo que tuviese que ver con "vida"—. Soy y parezco una perra, ¿no pudiste concluir la respuesta? —su conjunto no era más que un vestido negro ajustado con escote elegante junto a zapatillas de cuero (mismo color que el ropaje de por sí estrambótico), un collar y aretes de aro, hechos de plata pulida que se notaba a una distancia de oscuridad suprema. Estaba peinada en una sencilla trenza larga, tanto como dos dedos más arriba de su cintura juvenil.

—Soy y parezco una espíritu, ¿no pudiste atinar al origen de mi persona? Ya no somos tan diferentes.

—¡Haha! Eres divertida, querida. ¿Qué hace un fantasma con esa especial personalidad cogitabunda e inteligente por aquí?

—Morí aquí mismo en un orgasmo, una gran pena. —carcajearon por esa mala broma—. Sólo busco un "algo" divertido, ¿y tú, por qué viniste a este bar, "perra"? —hizo las comillas con sus dedos blanquecinos.

—Diversión. Ser la espectadora por estos rumbos resulta ser increíble, en algunos casos; —se tomó el contenido del diminuto vaso— porque puedes ser una perra, un mujeriego, una puritana, un alma de la fiesta, una ingenua, un borrachín idiota-...

—Enamorado. —corrigió con severidad.

—Me he dado cuenta que suelen ser la misma persona.

—Ya veo..., ¿ésa es tu mayor diversión?

—Básicamente, ¿y qué es ese "algo" que tan inquieta buscas?

—Créeme que si lo supiera no seguiría tan desesperada por encontrarlo; quizás sea placer, una situación inolvidable, alguien a quién dedicar poemas entrañables. No lo sé.

—Huh, eres poeta, que maravilla. Te sientes insatisfecha, ese es el problema.

—Sí, posiblemente.

—Bueno, te mostraré tus opciones; —se levantó de la barra, tomándole del brazo y dejando un pequeño fajón de dinero para pagar ambas bebidas consumidas— soy Regina, por cierto, pero la mayoría me dice "Reaper". —ignoraban agradablemente a los demás, como si el lugar estuviera desolado, reservado exclusivamente para sus presencias.

"El primer roce siempre es el más importante", escuchó una vez.

—Veleidoso apodo el tuyo..., me dicen "Geno".

—¿Y cuál es tu verdadero nombre? —ladeó la cabeza con una sonrisa claramente extrovertida.

—¿Quieres llevar la amistad a un más allá? —respondió con una pregunta lo suficientemente irónica para el momento.

—¡Hahaha! —su piercing en la oreja la deslumbraba, le agradaba—. ¡Ven, vamos!

Hasta aquí el capítulo, espero que les haya gustado, ¡adiós 💜!

Escandaloso agujero negro (AfterDeath!Yuri)Where stories live. Discover now