Un Demonio, Un Pilar y un Corazón

Capítulo VI: Descubrimiento, Enojo y una Oportunidad

En otro lugar remoto, Akaza estaba apresurado por llegar a un escondite lo mas pronto posible debido a que no faltaba mucho para que los rayos del sol comenzaran a hacer acto de presencia. Estaba nervioso, no quería morir de una forma tan patética y pudo ver una cueva mas adelante pero se encontraba muy lejos.

— Mierda, ¡no llegaré! —se dijo desesperado y molesto— ¡le prometí que la protegería!

Pero era demaciado tarde, los primeros rayos del sol emergieron y lo único que pudo hacer fue cubrirse con sus brazos y cerrar sus ojos para esperar su proxima incineración.

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— ¿Eh? Pero que…

Lentamente Akaza abrio los ojos y su sorpresa era mayúsculo: estaba bajo la luz del sol, pero no se estaba quemando ni nada parecido a los demas demonios que tenian la mala suerte de morir de esta forma.

— ¿Como es que yo… no he muerto? —llevo sus manos hacia la luz del sol mirando como no era quemado ni nada por el estilo— no, la luz del sol aún me afecta

Noto cómo de su mano emergia leve vapor de lo que seria la zona de la quemadura, sin embargo no le hacia daño y era tolerable. La pregunta era ¿Cómo es que podia estar bajo la luz? Y pronto le llego a la mente la mujer a la que habia marcado de forma temporal; su sangre era dulce, más de lo que podria ser la sangre de un humano con sangre rara y él admite haber bebido de ella.

La sangre de ___ podria ser una de las más raras que hay

Asi que ya a paso mas calmado decidio ir a la cueva para asi poder despistar a los demas demonios: era fiel a su señor, pero no pondria a aquella humana en el riesgo de ser devorada por esa persona ya que le tenia afecto. Paso el tiempo y de forma espontánea una puerta habia aparecido en el interior de la cueva…

Habia una reunión entre las Lunas Superiores

Asi que sin pensarlo deslizó aquella puerta para asi entrar a aquella habitación que era producto de la tecnica de la 4ta Luna Superior, observando como él junto a Kokushibou eran los primeros en llegar.

— Asi que… La dejaste con los cazadores —hablo la 1ra Luna, Akaza solo decidio ignorarlo— fue lo mejor, ella necesita convertirse en una cazadora fuerte… para asi serle util a esa persona

El pelirosa solo arrugo sus facciones, no tenia idea de que hablo ella con su compañero; pero de seguro él no tenia pensado nada agradable para ella.

— ¿También bebiste de su sangre? —Akaza miro con suma tension a Kokushibou— Su aroma, lo tienes impregnado en tu cuerpo, ademas de que tienes rastros de su sangre encima… Douma se dara cuenta de que la escondes

— Asi que estas al tanto de la prosedencia de la chica eh? —alfin termino por hablar— Me tiene sin cuidado si ese gusano se entera de que la escondo.

— ¿Acaso estan hablando de mi?~

Un Douma cantarin habia aparecido ante las otras Lunas superiores. Con sumo respeto Kokushibou decidio guardar silencio mientras que con el paso de los minutos aparecian las demas lunas restantes.