Capitulo 1: Correspondido

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Emilio se encontraba observando el humo que salía de su café, siendo el chico tan seguro que era, no debería estar tan nervioso, pero lo estaba y el tic en su pierna lo delataba. Había visto por última vez a quien era la razón de su nerviosismo hacia dos días, y aunque no sabía que pasaría, tenía una idea, una idea que le apretaba el estómago y lo hacía sentirse mareado.

Mientras que esperaba a Joaquín, en todo lo que podía pensar eran los posibles futuros en los que su compañero de ojos brillantes ya no quería voltearlo a ver. Pensaba  que posiblemente después de ese día,  ya no le dirigiría una palabra a menos que fuera estrictamente necesario. Y Emilio quien es un chico fuerte, sintió que por alguna razón no podría soportar eso, ¿Entonces que opción le quedaba?

Hacia un tiempo había notado que Joaquín lo miraba diferente, había momentos en los que estando en grupo, mientras él hablaba, Joaquín se quedaba en silencio escuchándolo atentamente con una sonrisa leve en el rostro, y sus ojos completamente centrados en él. Eso no le molestaba, era solo que la forma en la que lo veía, se parecía mucho a la de alguien enamorado,  puede que Emilio solo se estuviera confundiendo, y la mirada amorosa de Joaquín era amistosa, pero algo que lo confundía era el hecho de que al intentar abrazarlo o tocarlo de manera inconsciente, como siempre lo hacía, Joaquín se tensionaba. Era algo leve y después cedía a su toque de manera receptiva, pero esa primera tensión permanecía a tal punto que a veces trataba de evitar tocarlo para no incomodarlo.

Emilio no era tan observador, pero aun así para él la actitud tan tierna de Joaquín en algunos momentos lo hacía creer que Joaquín se había enamorado de él. No era por ser engreído, de hecho, no estaba seguro. Solo tenía el sentimiento de que era así, probablemente su subconsciente había notado cosas que el no. Se sentía confundido y ansioso, hacia dos días al terminar de grabar se habían despedido con normalidad, pero justamente ayer a Emilio le había llegado un mensaje algo extraño de su compañero.

"Emilio, tenemos que hablar."

Si Joaquín fuera su novio, se habría asustado mucho al recibir un mensaje tan simple y directo, sin embargo, no lo era y aun así estaba nervioso. Hasta donde él sabía no había hecho nada malo, pero tenía el presentimiento de que al aceptar versen podría ilusionar a Joaquín si su teoría de que estaba enamorado de él era correcta.

Su miedo nacía de no  poder corresponderle , en efecto, Emilio no era gay, ni bisexual, de hecho, no había sentido curiosidad por los chicos nunca. Estaba seguro de su heterosexualidad, había tenido unas pocas novias, y sabía que eso era lo suyo. Después de convivir tanto tiempo con Joaquín y llegar a conocerlo tan bien, le había generado un cariño muy grande, uno que el describiría como fraternal y por eso tenía miedo.

Joaquín era un chico de extremos, muy apasionado, pero eso era tanto  algo positivo, como algo negativo. Emilio estaba seguro que al no corresponderlo, Joaquín se cerraría a él y se distanciaría, tal vez hasta le pediría no volverle a hablar  ni como amigos, y eso lo asustaba, Joaquín se había vuelto tan importante para él que tenía miedo de perderlo.

Al observar directo a su mesa se dio cuenta que el collar del vaso de su café estaba hecho añicos por sus mismas manos. En medio de su ansiedad no se había dado cuenta de sus acciones, ni se dio cuenta cuando Joaquín había entrado al café,  hasta que este ya estaba a punto de sentarse frente a él.

-Hola- Saludo lo más normal posible, ocultando sus nervios y actuando una sonrisa que Joaquin al conocerlo muy bien, noto era falsa.

-Hola Emilio. - Respondió de manera tranquila regalándole una sonrisa de vuelta, una más real y tímida.

-Al final no me contaste como te termino de ir en el oftalmólogo. - Emilio trato de utilizar sus habilidades sociales para entablar una conversación normal.

-Ah, sí. –Joaquín hizo un gesto distraído. - Pues bien, mi vista esta perfecta, solo me recomendó no usar tanto la pantalla del celular para evitar cansarme de los ojos. - Dijo con normalidad mientras observaba el menú de bebidas frías.

-Ah me alegra- Sonrió más tranquilo, pues se sentía en una charla cotidiana con su amigo. - A mí nunca me ha fallado la vista, es más, creo que tengo una muy buena vista, mira puedo leer ese cartel. - Dijo señalando con alegría un cartel bastante lejano y de letra pequeña.

-Haber, ¿qué dice? - Lo reto Joaquín.

-- "Solo dime que me amas y me entregare a tus brazos toda la eternidad." – Joaquín se rió al ver que era cierto, lo había leído antes de entrar.

-vaya, que asombroso. - Joaquín sonrió mientras veía a Emilio de nuevo con esa mirada, sus ojos achinaditos y brillantes, luciendo tan resplandeciente. Entonces Emilio se tenso y Joaquín lo noto, volteando a mirar a otra parte.

-Bueno, hay algo de lo que tenemos que hablar. - El corazón de Emilio se aceleró, sintió como algo dentro de él se bajaba de golpe al piso.

-Ah sí, claro. - Emilio trago saliva y puso sus manos sobre sus piernas. - ¿paso algo? En tu mensaje no fuiste muy específico. - Emilio rió levemente

Joaquín sonrió con sus labios cerrados y tomo el valor para mirarlo a los ojos, si Emilio estaba nervioso, Joaquín lo estaba aún más.

-Sé que lo has notado, he intentado guardarlo, pero me es imposible. - Joaquín tomo una respiración profunda. Estaba más que sonrojado, pero no dejo de mirar a Emilio a los ojos.

-Siento algo por ti... algo más allá de la amistad. - Emilio se quedó helado, no esperaba tanta honestidad ni tan de golpe. Asustado en el leve silencio formado, busco en su cabeza la mejor manera de rechazarlo, pero la verdad es que no estaba preparado y su cerebro estaba entrando en corto circuito.

-Tranquilo, sé que no sientes lo mismo, de hecho, te lo quería decir porque me parecía justo que lo supieras. Te portas tan bien conmigo, y no quiero que nada cambie... Solo pensé que te replantearías la forma en la que me tratas, no quiero que creas que estoy mal o algo así, por eso... Solamente creo que me tomara un poco superar ese sentimiento. - Joaquín aún mantenía la mirada con una sonrisa delicada, pero por un momento Emilio vio cómo se aguaron sus ojos. –Emilio, tu eres una persona grandiosa, y estoy muy agradecido contigo por todo lo que has hecho por mí y todo lo que me has brindado, mi intención no es incomodarte, entenderé si quieres que tome distancia por un tiempo, pero sin duda no quiero perder tu amistad. - Joaquín estaba siendo tan honesto, y tan fuerte.

Emilio estaba en shock, él no se esperaba esa actitud de Joaquín, no esperaba que fuera tan abierto y comprensivo. Dentro de él miles de emociones se mezclaban y no sabía que decir.

-Creo que será mejor que te deje un rato solo- Joaquín se levantó de su asiento y se dispuso a irse, pero la mano de Emilio en su muñeca lo detuvo a medio camino.

-No.- Emilio no sabía que estaba haciendo. –Yo...- Emilio trago saliva y miro muy fijamente los ojos negros y con lágrimas sin derramar de Joaquín, y algo en su interior salto. – yo...- Los ojos aguados de Joaquín le generaban dolor, aunque no está seguro del porqué.

-Yo también siento lo mismo. - Emilio no podía creer lo que acababa de decir.

El brillo en tus ojos ··· EmiliacoWhere stories live. Discover now