Capítulo 25

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Sami: Por favor ya le pagué todo. — Ella parecía estar rogándole.

?: Pero aún no has pagado los intereses de más, sabes que tienes una forma de pagarlo todo.

Sami: No puedo hacer eso. — Dijo desviando la mirada.

?: Tu decides. — Su sonrisa hizo que sintiera un escalofrío por todo el cuerpo.

De repente cuando tomó un sorbo de su copa de champagne empezó a agarrarse el pecho con una mano, yo y el tío nos levantamos corriendo del asiento al ver aquello ya que sabíamos lo que significaba eso. Este calló al suelo, cuando le buscamos el pulso por la arteria carótida situada en su cuello no había ningún signo de vida.

Estaba muerto, en solo segundos se había muerto. El tío y yo pedimos que llamaran a la policía además de que nadie saliera del lugar, mientras que lo examinábamos me di cuenta de qué había muerto.

Tn: Ya que se agarraba el pecho diría que ha sido por un infarto. ¿Tenía problemas cardiacos o alguien le indujo?

Kogoro: Si, pero será mejor que los forenses les hagan las pruebas.

Esperamos a que la policía llegara. Una vez que llegó le contamos al detective Takagi y a la detective Sato lo ocurrido y el porqué estábamos nosotros dos allí. Después de haber estado escuchando el testimonio de varias personas que estaban cerca de la víctima y de haber escuchado el análisis de los forenses pude llegar a una conclusión.

Tn: La ciguatera es una enfermedad común en los trópicos, es difícil de conseguir aquí en Japón, mi deducción es que esta persona fue de viaje de seguro a algún país que esté por los trópicos, se contagió por alguna comida que trajo de allí y volvió al país sin darse cuenta de que lo que llevaba sería su perdición. Esta enfermedad se encuentra en peces que habitan en arrecifes coralinos. Desde que se consume uno de estos peces hasta que muere son pocas horas. De seguro que lo tomó como desayuno ya que ha pasado unas horas desde que tendría que hacer efecto de esta enfermedad. — Al decir aquello uno de sus guardaespaldas me confirmó que había traído peces de África y que se había llevado algunos en una nevera portátil. — Este caso fue entonces un accidente, no un asesinato.

Kogoro se sorprendió por mis deducciones, los detectives dieron el caso por cerrado. Al irse ellos miramos a la mujer del hombre que había contratado al tío Kogoro.

Kogoro: Ahora no estará pendiente de pagar nada. — Le dio por decir un punto bueno a su favor, aunque no era el momento.

Sami: ¿Nos oyó?

Kogoro: Su marido nos pidió que la investigara ya que la notaba muy rara.

Sami: ¿Pidió que me investigara? — Estaba sorprendida, bueno no la culpo después de todo fue su esposo quien lo pidió.

Tn: Estaría preocupado.

Sami: Muchas gracias, por un momento pensé que me meterían en la cárcel si se llegaran a enterar de que le debía dinero y que me culparan de matarlo por eso.

Tn: Tranquila, la verdad siempre sale a la luz.

Kogoro: Adiós. — Dijo una vez que nos despedimos. Mientras íbamos por la calle oímos como un coche corría a máxima velocidad, se paró justamente al lado nuestra. El tío y yo nos sorprendimos de aquello, ya que fue bastante brusco. — ¡¿A quien se le ocurre?! — Cuando vimos quien se bajaba del coche me escondí detrás del tío Kogoro. — Yu.. ¿Yukiko?

Yukiko: ¡¿Qué haces fuera de casa?! — El tío me miró de reojo y yo solo sonreí ocultando el miedo.

Tn: Quise salir a dar una vuelta, además el tío Kogoro ha estado conmigo, no me ha pasado nada malo. — Intenté calmarla.

Yukiko: ¡Todavía no estás bien!

Tn: Si que lo estoy...

Yukiko: ¡No lo estás! — Me señaló el coche para que me subiera. El tío se quedó viendo como me subía indignada. — Kogoro sube, te acercaremos a la agencia.

Kogoro: Bien...

Mientras íbamos en el coche mi madre no hacía más que acelerar, yo me agarraba fuertemente al asiento del coche al igual que Kogoro, los dos teníamos miedo.

Tn: ¡Mamá ve más lento! Como nos vea la policía... — Empecé a rezar.

Yukiko: Tranquila. — Tan despreocupada como siempre.

Kogoro: ...

Tn: ...

Yukiko: ¿Qué?

Kogoro y Tn: Nunca cambiará... — Dijimos mientras suspirábamos a la vez.

Una vez que dejamos a Kogoro en la agencia de detectives nos dirigíamos de nuevo hacia casa, por el camino vimos a Conan con sus amigos así que los recogimos. Este al verme supuso que me habría escapado a hurtadillas pero que nuestra madre me habría encontrado. Dejamos a los niños cada uno en su casa y cuando volvimos a la nuestra mi hermano subió conmigo a la habitación.

Conan: ¿Y para qué saliste?

Tn: Solo quería dar un paseo.

Conan: Y por eso acabaste con el tío Kogoro resolviendo un caso.

Tn: Fue casualidad.

Conan: Bueno, no creo que te encuentres mal, ya no tienes fiebre y los síntomas de resfriado disminuyeron notoriamente. — Dijo mientras me miraba con atención.

Tn: Por eso salí ya que me encontraba mejor, no quería estar en casa. Eso solo me hace recordar cosas del pasado. — Dije mientras me sentaba en mi cama.

Conan: ... Como mañana ya podrás salir ya que te lo dijeron papá y mamá puedes venir con nosotros. 

Tn: ¿Con vosotros?

Conan: Si, mañana el tío Kogoro pensaba llevarnos a mi y a Ran a un hotel que está en mitad de un campo ya que el dueño quería contratar los servicios del tío. Como pidió discreción nos lleva a nosotros.

Tn: Ya veo... Pues entonces vale.

Este tomó su teléfono y avisó a Ran para que se lo dijera al tío Kogoro. Mientras que lo hacía yo preparé una pequeña mochila con ropa de cambio. Al terminar de guardar lo necesario bajé en busca de mi padre para decírselo ya que sabiendo como es mi madre de seguro no me dejaría.


En la noche, después de haber cenado y haberme cepillado los dientes estaba revisando mi teléfono ya que tenía muchas notificaciones. De repente sentí una leve brisa... Al alzar mi mirada él estaba apoyado en mi ventana.

Tn: ¿Qué haces aquí?

Kid: ¿No te prometí que haría un deseo tuyo realidad? 

Tn: Ah es cierto ¿Qué deseo?

Kid: Ahora lo verás. — Dijo mientras tomaba mi mano.

Este me tomó en brazos y saltó desde mi ventana hasta el jardín, de ahí nos fuimos en silencio. Con un truco rápido me cambió la ropa y también la suya propia. Me subí en su moto y acto seguido este sonrió.

Kaito: Agárrate bien fuerte Tn. — Dijo con cierta sonrisa.

Hice lo que me dijo ya que conocía muy bien ese tipo de sonrisa.

La Lágrima de la DoncellaWhere stories live. Discover now