Tiempo contigo [Ray/Emma]

Tal vez...

A V I S O: Esto es un escrito de los personajes que intuímos, son la reencarnación del trío REN. En este caso, un RayxEmma. Los nombres los puse yo, y si quisieras usarlos alguna vez, eres libre de hacerlo. Sin más, disfrute.

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Tal vez me esté expresando mal, tal vez, no es la manera correcta de decirlo pero, sí lo pienso... Realmente, ya no importa.

O tal vez, nunca ha importado realmente.

Nosotros nacimos en un mundo y época difícil. Nuestros antepasados sufrieron la desgracia de tener que batallar y lidiar con monstruos que devoraban a las personas.

Ridículamente numerosos y fuertes. Que infundían caos y desesperanza.

Y parecía aquello una herencia. Una lucha constante contra esas bestias que parecían nunca estar satisfechos, y que así como causaban miedo, también provocaban odio.

Yo los odiaba. Y los odio.

Se habían llevado a mi madre, dejándome únicamente a mí hermano y padre; definitivamente, no dejaría que esos malditos demonios me quitasen lo que yo más apreciaba.

Y apareciste tú.

Pese al ambiente que nos rodeaba, nunca te rendiste o te cansaste. Siempre seguías intentando, arduamente.

Y yo fui espectador de cómo ibas creciendo, cuando éramos niños.

Siempre que parecía hundirme en el odio y cansancio, ibas hacia mí con una sonrisa y siempre me decías:

— Algún día acabará, Rayn. Y todos viviremos en paz y juntos, ¡Es una promesa!

Nunca quise admitir el alivio y la esperanza que tus palabras me otorgaban. Y siempre escondía esa felicidad que provocaban en mí, molestándote.

— ¿En serio lo lograrás, enano?

Me encantaba, en serio, molestarte.

— ¡No soy enano! ¡Mi nombre es Emmanuel!

— Lo que digas, enano.

— ¡Hey!

Nora siempre sonreía ante nuestras infantiles discusiones, e incluso, parecía que ella sabía que tú me gustabas. Aunque obviamente, yo siempre lo negaba y terminaba mosqueado por ella.

Parecía ser que, en efecto, me gustabas. Pero, tal vez nunca quise admitirlo.

Y llegamos a un punto en el que dejaste de ser un enano, y te volviste un hombre hecho y derecho. Realmente, te volviste guapo.

Muy a mi pesar.

— Neh, Neh, Rayn, ¿No crees que Emmanuel está más guapo? — me preguntaba discretamente, con una sonrisa maliciosa. Siempre lo hacía cuando tú te ibas a hablar con Julius o los demás, incluso, cuando ibas a entrenar.

Siempre la miraba mal, porque era obvia su intención. Esa mujer era muy astuta, y eso me molestaba.

— ¿Entonces?

— No voy a decir nada. — y me iba, con Nora siguiéndome, pero para seguir molestándome contigo.

Y por esas acciones, muchos pensaban que Nora y yo teníamos algo, cuando lo nuestro no era más que mera amistad. Incluso tú llegaste a pensar que eso era cierto.

— ... ¿Por qué piensas eso?

— Bueno, Nora y tú casi siempre hablan de quién sabe qué cuando no estoy con ustedes. Pero no te preocupes, los apoyo. — y me sonreíste.