DÍA TRES.

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                       ABBY 


La tarde estaba llegando, sentada al lado de Trevor y sus amigos a unos cuantos metros de distancia, se había creado una fogata con algunos libros de la biblioteca, era doloroso tener que hacerlo, era un desperdicio quemar todos esos libros, pero era lo que debíamos hacer para poder sobrellevar la temperatura que estaba bajando.

La luz había fallado hace unas cuantas horas, afortunadamente la biblioteca contaba con cafetería, es ahí donde habían muchas provisiones de alimentos, habíamos comido algo hace un par de horas, pero sentía la necesidad de comer más, era algo que los últimos días me daba, busco una barra en mi mochila y la abro, tomo la barra y comienzo a abrirla.

Habian tres grupos más de personas, el máximo de personas en cada grupo era de cinco, en total eramos diecisiete personas, eramos muchos, y sabíamos que el estar aquí era seguro pero solo era provisional, no sabíamos cuantos días durariamos, no sabíamos hasta cuando nos rendiría la comida, e incluso si los infectados iban a poder entrar.

Dereck, el amigo pelirrojo de Trevor había encontrado en una de las oficinas una buena radio, la había encendido y estaba tratando de escuchar algo, algún comunicado, algo que nos informara que pasaba allá afuera.

—Creo que deberíamos vigilar, no sabemos si nos están rodeando— Murmura Trevor, Allan asiente, y Dereck se limita a tratar de escuchar algo a través de la radio, Celia mira a Trevor y asiente —Cuando salí de aquí me enfrente a los muertos, esas cosas ya no son personas, son muertos, hay que entenderlo, no son rápidas pero en multitud son peligrosos, les atrae el ruido, y solo se detienen cuando se hiere directamente en la cabeza—

—¿A cuántos de esos mataste?— Pregunta Allan con seriedad, sigo comiendo la barra con lentitud, escuchando atenta.

—Siete, noté que uno se transforma en uno de esos si alguno llegara a morder— Murmura Trevor.

—¿Habían muchos afuera?, creo que deberíamos salir, y buscar más alimentos, también medicinas, antes de que el peligro sea mayor allá afuera— Sugiere Allan con preocupación pero seriedad, Trevor suspira.

—Voy a vigilar, podemos idear un plan para salir mañana, hay calles que están más infestadas que otras—

—Vigilare contigo, necesito hacer algo, siento que me volveré loca si continuamos en este lugar encerrados— Dice Celia colocándose de pie, mi cuerpo se tensa.

Trevor solo asiente y también se coloca de pie, la molestia se instala en mi pecho, pero no digo nada, él se inclina hacia mi y deja un beso en mi cabeza, lo miro unos segundos, ¿Él no sería capaz de traicionarme, cierto?.

—Volveré pronto, no te acerques a las ventanas— Susurra, me limito a asentir.

Observo como ambos se van, termino de comer la barra, siento una mirada sobre mi, la busco y es Allan, sonrío levemente, sin ningún ánimo, el suspira y se recarga en la pared.

—¿Donde estabas cuando esto comenzó?— Pregunta.

—En casa estaba viendo las noticias, luego escuché unos golpes en la puerta, pensé que Trevor había vuelto de alguna fiesta y estaba ebrio, pero cuando abrí la puerta, uno de esos infectados se lanzó contra mi—

—¿Entonces Trevor llegó a tiempo y te ayudó?—

—No, le clave una tijera en la frente al infectado—

La sonrisa de Allan se amplia, haciéndome sonreír a mi también, el apoya sus brazos en sus rodillas y niega con su cabeza aun sonriendo.

—Vaya, y yo no he acabado con ninguno— Murmura, el eleva una ceja —Pensé que iba a ser yo el que te protegería pero veo que más bien tu me protegerlas a mi— Dice con diversión, río bajo y el también.

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