EPÍLOGO

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Luke Stevens

Puedo escuchar las quejas de las personas a las que voy empujando por el pasillo, pero realmente no me interesa pues mi único objetivo se escabulle entre ellas tratando de huir de mí. Acelero mis pasos cuando veo como Mia logra salir del edificio por las puertas que dan al estacionamiento de este pues no está en mis planes dejarla ir fácilmente y mucho menos sin siquiera haberme explicado.

Con mi última nota era sincero al decirle que no quería que se enterara que yo era el chico que le escribía las notas por como lo hizo. Lo tenía todo planeado. Iba a traerle flores y ese libro que tanto quería porque la he escuchado parlotear sobre él las últimas semanas, pero a Damien Evans, quien osa de llamarse mi mejor amigo, se le ocurrió reñirme sobre las notas en pleno pasillo justo cuando Mia iba pasando junto a sus amigas.

Logro alcanzar a Mia justamente cuando ella termina de bajar las escaleras de la salida por lo que estiro mi mano para tomar su muñeca haciendo que ella se gire hacia mí y la imagen frente a mi rompe mi corazón de formas inimaginables.

Mia llorando.

Mia llorando por mi culpa.

Ella hace que suelte mi agarre de forma brusca de su muñeca.

—¿Qué es lo que quieres, Luke?

Su voz sigue teniendo ese tono dulce que la caracteriza, pero eso no me alivia en nada porque sus ojos siguen humedecidos por mi culpa.

Mi relación con Mia siempre se ha limitado a mí molestándola por todo lo que hace, aunque siempre le deje en claro que era más que nada por burla que por otra cosa, pero entiendo perfectamente que este molesta conmigo e incluso piense que esto es una broma de mal gusto de mi parte pues son contadas las veces en las que ella y yo hemos tenido una plática decente y la última fue cuando sus padres se divorciaron.

Fue por esa razón por la que yo me encontraba jodidamente confundido porque ni siquiera recuerdo cuando fue el momento en el que yo había dejado de verla como esa chica loca a la que le gustaba emparejar todo lo que se ponía enfrente pues yo ya no miraba a esa loca shipper, sino que solamente miraba a Mia Preston.

—Quiero que me escuches — comienzo —. Si es necesario que me arrastre para conseguirlo lo hare, Mia.

Sabe que estoy hablando en serio porque no sería la primera vez que hago algo tan extremos para conseguir lo que quiero.

—Está bien.

Tomo una respiración profunda antes de dejar salir todas las palabras que mi cerebro está enlistando para que se escuchen de forma coherente.

—Me gustas — suelto de golpe —. Te lo escribí en una nota, pero esta vez te lo digo, Mia. Me gustas, no sé cómo fue que paso tampoco cuándo, pero te lo digo de forma sincera. Empecé con el asunto de las notas porque soy un maldito cobarde y no podía simplemente ir, plantarme frente a ti y decirte que me gustabas porque sabía que no me ibas a creer. No después de todas las burlas que te he hecho desde que nos conocimos.

Shipper ©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin