Es Hora Del Cierre De Invierno

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Tōru como era de costumbre salía a correr para no perder su cuerpo bien formado.

Pero la razón por la que salió de casa esta vez era diferente.

Y esa razón traía nombre y apellido "Iwaizumi Hajime".

El tan solo pensar que se separarian por bastante tiempo le abrumaba. El saber que ya no estarían al mismo lado de la cancha le emocionaba y molestaba.

Pero había algo más que eso que le hacía sentir horrible y era el nunca haberle dicho a Hajime cuanto lo quería de una manera seria y fuera de bromas.

Tōru amaba más que a nada a Iwaizumi y esto lo supo desde que tenían 12 pero nunca lo dijo y ahora que se separarian no sería la excepción.

No podía decirle por qué de cualquier manera no había esperanza a ser correspondido, y tampoco quería que Iwaizumi se alejaran más de él por asco a los sentimientos que Tōru sentia.

– Ah –

El castaño soltó un suspiro y al llegar a un parque detuvo su marcha.

Estaba cansado, no solo físicamente, si no que mentalmente y emocionalmente.

Solo quería gritar lo que sentía y que ese nudo en la garganta fuera desapareciendo.

Quería que ese dolor en el pecho que más que nada le fastidiaba desapareciera.

Solo necesitaba decirlo todo, pero no debía decir nada.

Su cabeza ahora mismo era un revuelo de pensamientos irracionales envueltos por estupideces.

Tōru al final se recostó en el suelo de aquel parque que estaba cubierto de nieve.

Quería dormir y olvidar todo el desastre que era ahora en su cabeza.

Solo quería dejar de usar el cerebro por un tiempo.

– Kusokawa –

Aquella voz cálida resonó en los oídos de Tōru, amaba aquella voz que le hablaba con enfado, amabilidad y cariño a la vez.

Esa voz la reconocía muy bien, pues esa voz era la de la persona que hacia un revuelo en su corazón y cabeza.

– ¿Qué haces tirado en la nieve?–

Parecía que Oikawa ignoraba aquellas palabras y se conformaba solo con escuchar aquella voz.

Una voz que próximamente extrañaría demasiado.

– Oye Kusokawa–

Tōru abrió de apoco sus ojos y encontró la mirada de Iwaizumi posada sobre el.

Se veía perfecto.

Hajime siempre sería la definición de perfección en el léxico de Oikawa.

El moreno frunció ligeramente su entrecejo y se sentó al lado de Tōru pese a que no quería sentarse en aquella capa blanca de nieve.

– ¿Qué haces aquí?, ¿Sucedió algo?–

"Suceden muchas cosas Iwa-chan, pero no estás enterado de ellas, y nunca lo estarás" pensó el castaño con cierto dolor.

Su garganta tenía aún aquel nudo que no le permitía contestar.

Tōru se sentía molesto consigo mismo.

Odiaba sus sentimientos por Hajime, detestaba amarlo tanto.

– Oye k...– cuando iwaizumi llevo su vista a Oikawa logro ver en los ojos de este lágrimas.

One Shot IwaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora